A algunas personas les cuesta tanto dejar ir a su pareja aunque ya no le amen porque su forma de amar es tóxica, la cual se caracteriza por promover y amplificar el dolor como fuente de unión en la pareja. Estas personas sienten un vacío gigantesco que no son capaces de llenar por su cuenta y, para ello, hacen uso de su pareja. Para ellos, simplemente su pareja es un antídoto para aliviar el dolor que les provoca la soledad, nada más que eso.
Estos amores tóxicos le quitan tiempo y paciencia a quienes los sufren, dejándolos extenuados al final del día debido a la energía inmensa que gastan producto del estrés.
La posesividad, por ejemplo, es un rasgo fundamental de estas personas que no conocen otra forma de amar. Para ellos, los ataques de celos y la obsesión es un asunto recurrente y esto los vuelve en un gran peligro si no tienen un correcto control psiquiátrico.
Por el cuadro conductual que desarrollan, estas personas son totalmente incapaces de amar a su pareja y así, mientras con una mano le golpean, con otra mano le acarician. Es necesario que entiendas la gravedad del trastorno emocional que sufren los tóxicos para que puedas recibir ayuda profesional inmediata, en caso de que seas uno.
¿Quieres evitar a una persona tóxica en tu vida? Empieza por desarrollar tu amor propio y a reconocer qué clase de personalidad te conviene como pareja y cuál no. No olvides que la autoestima es la primordial antes de amar a alguien más; si no te amas, nadie podrá amarte sanamente.