Tanto tiempo sin verte y vengo a encontrarte en el cumpleaños de mi mejor amigo. Casi un año ya, si mal no recuerdo. Te veías igual de guapo que cuando nos separamos, y tuve que preguntarme de nuevo: ¿por qué fue que terminamos? ¡Y luego recordé! Fue porque nos hundimos en la rutina.
Me acerqué a ti de manera sutil, como para que no te dieras cuenta. Te saludé y me devolviste el saludo con la misma sonrisa. Nos acercamos más y pudimos conversar justo como lo hacíamos antes de que nos pasara lo que nos pasó.
Mientras hablábamos me devolví, sin querer, en el tiempo, hacia aquellos momentos en que todo iba tan bien. Pasaban los minutos, las horas, y nada que parábamos de hablar.
Fue tan bueno nuestro reencuentro que decidimos repetirlo un par de veces más, y fuimos escalando poco a poco. Nos tomábamos de la ano otra vez, nos besamos de nuevo, compartimos buenos momentos en el parque y hasta volvimos a esa playa en la que me pediste que fuese tu novia, pero como nada vuelve a ser igual dos veces las cosas fueron apagándose otra vez…
Ya no sonreíamos como en aquella fiesta, no hablábamos sino para discutir y todo giraba en torno a quién estaba dando más que quien porque ya andábamos desgastados. No pudimos aguantar más y entendimos en esta oportunidad que no servimos para estar juntos.
Como amigos somos lo mejor que existe, pero como pareja todo lo contrario. Nos falta crecer y saber lo que significa el amor para poder ser felices y superar todos los obstáculos personales.
Ya no podíamos más con esto, y sin muchas palabras hicimos saber al otro lo que nos ocurría. Al menos por ahora no podemos volver a intentarlo, y si nos volvemos a ver algún día y queremos probar una tercera vez espero que hayamos madurado lo suficiente como para no caer en lo mismo o hasta peor.
Por mi parte te deseo lo mejor y si consigues a alguien con quien sí te la lleves bien con el pasar del tiempo, pues éxito en todo lo que emprendan y feliz viaje.