El concepto del amor, siempre ha sido ligado con el de la felicidad. A este estado del hombre (el amor), se le conoce como el puente más directo a la plenitud, y la plenitud no es otra cosa que la misma felicidad.

Foto: Brandon Kidd Photography
Una persona es feliz, en la medida que se siente realizado. Sin embargo, el amor no es el único ducto hacia dicho estado de plenitud. Podemos ser realmente felices sin relaciones amorosas.
La confusión surge cuando creemos que el “amor”, es únicamente un acto entre dos personas sin vínculos sanguíneos y con deseos sexuales. El amor se manifiesta de 4 maneras, y, el amor Eros, denominado así por los griegos, solo es uno de estos 4 tipos de amor.
El amor Eros, es ese que le damos a nuestra pareja. Por otra parte, está el amor de familia, amigos e incluso, objetos y animales. Sin embargo, la verdadera felicidad se alcanza solo entre el amor Eros, el de familia y el de los amigos.
Podemos amar nuestra carrera o nuestras mascotas, pero eso no nos asegura que seamos felices, ya que, aunque lo neguemos, dentro de nosotros siempre va a faltar el complemento humano.
Es ahí donde yace la respuesta: El ser humano es incompleto por naturaleza. Nacemos con el propósito de encajar con alguien o darle nuestro amor a otro ser. Ese es el fin último de todo hombre.
Al poder encontrar a una persona que nos brinde el mismo amor que damos, y al complementarlo con el alcance de metas y otras cosas individuales, podemos decir que estamos siendo felices. Este amor recíproco, puede encontrarse de un hijo a una madre, entre dos mejores amigas, entre hermanos y más. No hace falta esa relación con deseo carnal para alcanzar la felicidad.
Sin embargo, como ya se mencionó, una pareja es la forma más sólida y segura de alcanzar nuestro mayor estado de plenitud, porque dicha pareja, satisface varia de nuestras necesidades básicas las cuales, están carentes en el amor de familia o amigo.