Se han hecho grandes esfuerzos para colocar dentro de alguna categoría o clasificación a los agresores. Sin embargo, los estudios no han sido suficientes como para establecer una razón científica de la conducta de estas personas. Por otra parte, existen ciertos rasgos característicos que todos poseen en común y que nos permiten saber bien cómo es su perfil psicológico.
Según estudio, la mayor parte de la población agresora son hombres. Esto se debe a que por naturaleza, el hombre ha sido el género protector, cazador y que tiende más al dominio de las tribus, familias e incluso pueblos.
Los rasgos primitivos del hombre, le hacen más agresivo por naturaleza y lo dirigen a ser agresivos naturales. Lo que hace la sociedad en encaminar esa conducta primitiva por un buen camino para que se controle y se pueda adaptar a la vida entre los demás.
Esto no descarta que las mujeres también presenten ciertos rasgos violentos, pero ellas por naturaleza tienden más al diálogo y el uso de la razón para la resolución de problemas. Entre las características más comunes de los agresores están:
- Psicología rígida:
Los agresores tienden a mantener el pensamiento rígido sobre los roles sexuales. Es decir, para ellos, el papel del hombre y la mujer dentro de la sociedad, debe mantenerse bajo ciertos parámetros estrictos. Si se rompen, debe castigársele por medio de la violencia.
- Falta de resolución de problemas.
La falta de flexibilidad cognitiva, imposibilita la capacidad de resolver problemas y aprender de ellos. Esto hace el agresor vea como la opción más viable a la violencia para resolverlos.
- Baja autoestima.
La infancia es una de las etapas más cruciales de todo ser humano. Si el niño crece en un ambiente falto de amor, su autoestima estará por el piso y el reconocimiento de los actos buenos es inexistente o se deforma el concepto de lo que debe o no debe ser correcto en el trato hacia otras personas. Una persona con baja autoestima no se valora y no valora a los demás, dándole facilidad para agredir.
- Dependencia emocional.
Uno de los mayores causantes de la ruptura de las relaciones, es el aislamiento social fuera de la pareja. La falta de amigos e interacción con otros, se debe a una fuerte dependencia emocional. El agresor necesita tener la certeza de que la otra persona le es leal por encima de cualquier cosa, y por ello trata de suprimir el contacto con el resto de las personas que le rodean para que no haya posibilidad de relacionarse con nadie más.
- Falta de comunicación.
Un agresor puede hablar mucho, pero no decir nada. Se les dificulta expresar su amor hacia otras personas y termina siendo un baúl de secretos. Esto también le dificulta la capacidad de entendimiento y no se le es capaz de colocarse en otros zapatos.