¿No te contesta a todos los mensajes? ¿No te llama cada cinco minutos? ¿No corresponde a todo lo que tú haces? Lo primero que puedes pensar es que tu pareja pasa de ti. De ser realmente así, no dudes en abandonar esa relación para ir en busca de un auténtico compañero. Sin embargo, te aconsejamos que antes estudies la posibilidad de que estés sufriendo una dependencia amorosa.
Durante el enamoramiento, la primera etapa de una relación, es lógico y natural que la pareja tenga un vínculo muy estrecho. El tiempo pasa rápido cuando están juntos y siempre quieres más. Aún así, hay que ser consciente que una relación debe madurar hacia un vínculo más adulto. En esa evolución, no debemos confundir el enamoramiento con la adicción.
Efectivamente, cuando dicha adicción se entromete en la pareja, da lugar al sufrimiento tanto del que la posee como el que la padece. En otras palabras, ese vínculo se aleja de ser adulto para pasar a ser tóxico. La relación de enamoramiento que se tenía ha derivado en un chantaje emocional por parte de la persona adictiva, al creer siempre que nunca recibe lo mismo que ofrece.
Una de las cosas más importantes en una relación es, precisamente, la aceptación de uno hacia el otro. Eso quiere decir asumir y comprender que cada persona actúa y se muestra de manera distinta en base a sus sentimientos. A pesar, pues, de que uno no proceda del mismo modo que nosotros, no significa que éste no sienta nada por nosotros y que nuestro amor no sea correspondido.
Por tanto, y para que una relación madure, los miembros de la pareja también tienen que evolucionar en solitario>. Deben encontrar su espacio y tiempo de intimidad para gozar y aprender de su soledad. Para lograrlo, este vínculo que empezó en una atracción, debe progresar sobre las bases del entendimiento, tolerancia y, sobre todo, del respeto.
Fuente: Nosotras.com