La felicidad se alcanza en la medida que el pasado deja de formar parte de nuestro presente para que así, no afecte las decisiones que tomamos por un mejor futuro. Hay que tener mala memoria pues, sino logramos dejar atrás las cosas malas, estás estarán sobre nuestros hombros. Los japoneses tienen una forma particular de explicar esto:
Ellos consideran que tu vida es una mano, la cual se aferra a tanto lo bueno, como lo malo. Si tú decides tomar una rosa por sus espinas, será tú decisión. Si prefieres tomarla por sus pétalos, de igual manera, será tú decisión. Pero lo que importa es que te des cuenta de que quien toma la decisión de aferrarse a la rosa eres tú, y no la rosa, porque los problemas no son los que se aferran a nosotros.
Adapta esta simple pero útil idea a todo, desde los problemas profesionales hasta los problemas personales y de pareja, y verás, que ser feliz será mucho más fácil. No se trata de no darle importancia, sino de superponer tu bienestar y vista al futuro por encima de tu arraigo al pasado.
Recuerda que la mala memoria es signo de saber escoger. Es decir, tener mala memoria es una señal de que sabes priorizar las cosas más importantes para guardarlas en tu mente y corazón. Recuérdalo todo y terminarás con dos bloques, uno en cada pie. Olvida lo necesario y terminarás corriendo en línea recta y sin que te detenga hasta ese estado de plenitud llamado felicidad.