Desde pequeños, solemos tener un gran interés por lo que no podemos tener. Pero conforme crecemos aprendemos que no siempre podremos tener todo lo que queremos.
Aún así, hay personas que les gusta perseguir lo imposible. Muchas veces nos fijamos en alguien en particular que nos rechaza, pero seguimos insistiendo. Aveces hasta el punto de sentirnos patéticos o desesperados.
Pero según una investigación, muestra como nuestros cerebros toman el rechazo como una razón para motivarse y persistir. Con la intención de lograr una recompensa que cambie la realidad que presenta en ese momento.
Aunque, también se puede asociar a su infancia, quizás fueron rechazados por uno de sus padres tienden inconscientemente a buscar situaciones similares con la intención de obtener resultados muy diferentes.
Pero todo eso no es nada sano. Solo te lastimas o se aprovechan de ti, debes saber hasta que punto es bueno insistir. Date te lugar, porque vales mucho.