Hay que medir muy bien la cantidad de amor que ofrecemos, pues, con cada partícula de este, nos desprendemos de un poco de dignidad para compartirla con otra persona, al igual como nos desprendemos de tiempo y atención.
Amar, es dar, y solo existe amor en pareja cuando ambos dan en la misma medida, con la misma intensidad y el mismo propósito. Por ello, evita amar a quien no te ofrece algo más que miseria. A ese tipo de personas, págales con la misma moneda y no les dediques tiempo, pues ello nunca se recupera.
Guarda este bien preciado, exclusivamente para aquella persona que esté dispuesta a entregar todo de sí. Olvídate de esa tontería de que el amor es incondicional, porque si lo fuera, podríamos amar sin la condición de ser queridos de igual manera, y de tal modo, estaríamos entregándonos a los brazos de una persona que no valora nuestra presencia, así que dime ¿Crees que eso sería justo? ¿Crees que uno de verdad debe amar incondicionalmente?
Una cosa es amar sin esperar nada a cambio, y otra es amar y realmente, NO recibir nada a cambio. Por bonito que suene, el amor tiene que ponerse frente a un espejo para que funcione, porque sino se recibe lo mismo que se da, el amor se gasta y deteriora. El amor, se alimenta con amor, porque este nace de nuestro interior y debemos llenarlo con el amor de la persona que amamos.