Nos conocimos en el momento menos indicado de nuestras vidas. Es un poco difícil contar el inicio de esta historia, menos cuando me encuentro frente al espejo mirando mi vestido de novia y todos alrededor entusiasmados por mi gran día. Un día especial donde se define todo, explicando la decisión que he tomado de mi vida. Pero para mejor entendimiento iniciaré mi historia.
Una historia que cansa un poco al contar pero que nunca me aburro de recordar. Son esas historias que uno no quiere olvidar porque, aunque haya sido corto viviste una emoción increíble.
Me encontraba con mi pareja en una reunión familiar de él, era la primera vez que iba a estas reuniones. Siempre me había negado porque me sentía un poco incomoda conocer a toda la familia. Pero como llevábamos ya como dos años creí que era necesario, además es bueno porque así también lo conozco más a él.
La fiesta estaba muy buena, su familia muy alegre. No puedo quejarme, me trataron como de la familia. Sus primos eran muy amables, comencé a conversar con ellos, me incluyeron en su grupo muy rápido. Y es ahí donde lo conocí a él, a ese chico especial que desde que lo vi sentí una conexión extraña. Como si lo conociera de tiempo, aunque nunca lo había visto en mi vida. Era el primo de mi pareja, un chico muy atento, muy conversador, amable y muy interesante.
Su encanto al hablar me atrapo, conversando y pasando más el rato con él. Sentía como si estuviéramos solos sin nadie a nuestro alrededor, nuestras conversaciones eran infinitas. Podíamos hablar de todo, desde la creación de la tierra hasta lo más tonto del mundo. No podía dejar de pasarlo bien a su lado y el mostraba lo mismo.
Ese día fue muy especial, pero nunca lo tome importancia. Hasta que me agregó a mi red social, es ahí donde hablábamos más llegando a salir. Siempre tratándonos como primos políticos, aunque no me encontraba casada con su primo. Pero teníamos un respeto el uno por el otro. Eran salidas divertidas como familia, pero luego la situación fue cambiando cuando sentí mi corazón saltar cuando él me tomo la mano. Desde ese día cambio, aunque sabíamos que no estaba bien, pero era tan genial pasarlo con él. Además de la química que teníamos era increíble. Ni siquiera con mi enamorado era así. Primera vez en mi vida que sentía esto.
Las cosas comenzaron a complicarse cuando mi enamorado me pidió matrimonio. Para mala suerte lo hizo delante de toda su familia en una de los cumpleaños. No voy a mentir fue una decisión muy difícil de tomar.
Quería decir “no” porque me había enamorado de alguien más pero no iba a ser justo malograr un amor de dos años. No podía ser egoísta pero tampoco podía engañarlo. Así que elegí hacerlo feliz.
Nunca olvidaré el abrazo que me dio su primo, mi chico especial. Fue tan fuerte lleno de lágrimas, lleno de desesperanza. Si tan sólo hubiera dicho que no, estaría con él. Nos hubiéramos escapado y vivir un amor de esos que nadie planea.
Pero estoy aquí mirándome frente al espejo con mi vestido blanco a unos minutos para casarme con una persona que quiero, pero no amo. Por eso le digo a todos ustedes, si quieren a alguien jamás lo dejen ir, las conexiones no suceden así no más. Cuando nos pasa eso es porque es amor verdadero, un amor que no se debe dejar ir.