Entender que existen varios tipos de atención es tan importante como potenciar cada uno de ellos. Solemos definir la atención como la capacidad de enfocarnos y usualmente utilizamos este concepto por su antónimo, la falta de atención. En el presente artículo, presentamos algunos tipos de atención:
- Atención, la función ejecutiva: La atención es una de las funciones más complejas del cerebro sobre la que al día de hoy no hay una definición cerrada y aceptada por todos.
Es una función que nos permite filtrar estímulos, procesar información y enfocarnos en un objetivo. Para todo ello, el lóbulo frontal requiere de la integración de información proveniente de todo el resto del sistema nervioso.
- Tipos de atención: Como ya mencionamos, la atención se produce a diferentes niveles con características muy distintas. Para ello es fundamental el concepto de orientación, la conciencia de nosotros mismos en relación con el alrededor. Entonces el tipo de atención empleada dependerá del nivel de conciencia y la activación que requiera generar una respuesta.
- Atención focalizada: Este tipo de atención se basa en la habilidad de responder específicamente a un estímulo. Esto requiere que el sujeto ignore el resto de estímulos que lo rodean. Para ello es necesario un alto nivel de alerta y activación.
Cuando una persona se encuentra muy cansada por tener un estado de alerta prolongado, ya no puede ignorar el resto de estímulos con la misma efectividad, siendo más «vulnerable» a los distractores.

- Atención sostenida: La atención sostenida es utilizada en tareas de tiempo prolongado. Es la habilidad de mantener una actividad cognitiva con persistencia.
Por ejemplo, si la tarea es leer un libro para un examen, necesitaremos leer y procesar la información durante varias horas. En muchas ocasiones, la recompensa no es inmediata, por lo que este tipo de atención tiene varios obstáculos: Motivación, fatiga, aburrimiento, tarea concisa.
- Atención dividida: Nuestro cerebro es tan increíble que nos permite hacer dos (2) tareas al mismo tiempo. Ahora, si bien estas tareas no pueden ser tan demandantes, es necesario dividir los recursos atencionales para poder tener un buen rendimiento en las dos.
Esta capacidad es limitada, ya que a medida que dos (2) fuentes de información simultaneas aumentan su demanda, se deteriora la respuesta. Por ejemplo, cuando necesitamos escribir y a la vez escuchar, mirar e intercambiar con un profesor, utilizamos la atención dividida.
- Atención alterna: El aspecto más destacado de la flexibilidad mental, entendida como la capacidad de cambiar el foco atencional y moverse entre tareas muy distintas.
Un ejemplo muy claro, cuando preparamos un plato muy complejo que requiere trabajar sus ingredientes en distintos tiempos. Para ello tenemos que cambiar de tarea sin antes olvidar la tarea anterior, ya que en unos segundos volveremos a ella.