Estamos acostumbradas por la misma sociedad a que el hombre tiene que hacer la mayor parte del trabajo al momento del romance.
No siempre es el hombre el que comete los errores, el que debe pedir perdón, el que debe luchar por mantener a flote el amor que se está hundiendo. ¿Dónde quedamos nosotras entonces? Una pareja es de dos, y por lo tanto la responsabilidad es de ambos de manera equitativa.
Ellos también sufren por nuestros deslices y equivocaciones, y lloran, y merecen que les pidamos perdón. No es como lo pinta la sociedad que el hombre es el que engaña siempre y la mujer es la que no deja de sufrir por ello.
Nosotras también debemos pedir perdón cuando erramos, sin ninguna clase de reserva sobre todo cuando se trata del hombre a quien amamos. Queriendo o no también podemos lastimarle, él también tiene un corazón aunque no lo demuestre muy seguido. De igual manera, podemos luchar por amor cuando sea requerido.
No está escrito en ningún lado que es uno el que debe luchar por el otro: son los dos. Como seres humanos estamos expuestos a las mismas cosas por igual, así que tenemos los mismos derechos y deberes.
Y si piensas que te ves mal pidiendo perdón a un hombre, te equivocas: déjame decirte que es un gran acto de humildad reconocer lo que hemos hecho mal ante esa persona que se ha visto afectada por nuestras acciones. Y más vale la pena si ese hombre es el amor de tu vida, aquel que te ha dado y te da lo mejor de sí esperando a cambio un mínimo respeto de tu parte.