A lo largo de nuestra vida pasamos pasamos por situaciones en que sentimos que la relación que tenemos ya no es como era antes. De pronto las miradas ya no tienen un significado, las canciones que traían recuerdos son simples canciones y todo se torna gris.
No es fácil y la mayoría no estamos preparados. Quizá la culpa sea la temible rutina o nosotros mismos quienes permitimos que día a día y casi sin saber por qué hacemos que se vayan apagando nuestras emociones
Pasar por esta situación nos hace reflexionar y nos invita a actuar con madurez y responsabilidad, pues lo mejor es hacer frente para dar un nuevo inicio, o quizás solo esperar el inevitable final.Nada es como antes y ya no somos los mismos de ayer
Cuando el vínculo que teníamos con la pareja pierde fuerza y se desvanece sentimos amargura y nostalgia. Eso se da porque a nuestro cerebro le gusta sentirse seguro y esos desajustes lo interpreta al instante como una amenaza, como una señal de peligro.
Durante esta fase de alarma es común buscar un porqué aunque son muchos los que, sencillamente, se centran en el “quién”, tal vez porque es más fácil proyectar en el otro todas las culpas.
En lugar de creer que existen “culpables” pensemos más en la idea que existen “responsables”. Ya que en el juego de energías y refuerzos, tanto positivos como negativos, que conforman el universo de la pareja, los dos miembros son responsables del clima y de la calidad de la misma.
El amor a veces se apaga. Puede que lo haga en uno de los dos o puede que en ambos. Porque aunque muchas veces nos hayan convencido de lo contrario, las personas cambiamos con el tiempo, o más que cambiar, crecemos. Aparecen nuevas necesidades y nuevos intereses: ahí donde lo que antes era prioridad ahora ya no lo es tanto.
Si ya nada es como antes, actúa
Si ya nada es como antes y nada puede solucionarlo, demos el paso de forma madura para terminar la relación de la forma más digna posible.
Te mostramos a continuación tres claves para finalizar de forma madura una relación.
1.- Si nada es como antes, entonces es el momento de empezar a caminar por separado. Si hemos hecho de todo por rescatar la relación y aún así la situación continúa mal es mejor la separación.
2.- No destruyas a tu pareja antes de terminar la relación. Buscar culpables y reprochar solo incrementará la energía negativa entre ambos impidiendo que se cierre aún más esa etapa.
3.- El tercer paso es perdonar. Es un rito de paso imprescindible para dejar ir sin cargas, sin rencores. Es poner fin a una etapa donde perdonarnos a ambos por el dolor causado, pero aceptando a su vez todo lo positivo que hemos compartido. Un adiós, a tiempo seguido de un “perdón” valiente, nos ayudará a iniciar nuevos caminos dejando atrás un ayer donde ya no tenía cabida la ilusión ni la esperanza.
Fuente: La mente es maravillosa