Mi corazón se encuentra herido, traicionado y arruinado. No puedo creer lo que hiciste conmigo, cómo pudiste desgastarme tanto. No fue sencillo para ti engañarme, sino que tenías que abusar de mi de forma física.
Jamás pensé estar en una situación como esta, nunca pensé que me iba a dejar tocar. Inicia con golpecitos de juegos y termina con una cachetada que te rompe el labio. Ningún juego de mano es inocente siempre termina mal.
Al enterarme que él me engañaba, lo enfrente para que me diera una explicación. Al inicio me dijo que sólo fue una confusión que me amaba y que por favor no lo deje, ya que nunca más lo va a volver a ser. Desgraciadamente ese no fue el único romance que tuvo, la lista continuaba. Y cada vez que lo enfrentaba me decía que iba a cambiar y yo como tonta aceptaba porque lo quería mucho.
Teníamos ya 3 años de relación, pensaba casarme con él, formar una familia. Me había proyectado a pasar mi vida con él. Es decepcionante cuando descubres quien verdaderamente es y todo lo que habías imaginado se desase, se desvanece como si nunca hubiera estado ahí.
Ya hace dos años me había mudado con él, lo cual fue un error. Al decirle que no quería estar con él y que me iba, porque era la séptima vez que me engañaba. Pues él se alteró y poniéndose frente a mí me dijo que no me dejaría ir. Que yo le pertenezco, que aún me ama.
Le dije que si me ama porque me engaña y su justificación fue porque eso hacen ellos, así son los hombres. Les gusta divertirse tener muchas parejas, pero sólo aman a una. Yo no podía creer lo que escuchaba. Era la tontería más grande, no podía permitir eso. Así que agarré mi chaqueta y me acerqué a la puerta. Cuando él me jala y me tira al piso diciendo que no me dejará.
Yo me sorprendí, pero no lo vi mal. Me abrazó, se disculpó me dijo que no volverá a pasar y que de ahora en adelante todo irá bien. Eso sólo fueron palabras porque volvió a tocarme, pero estaba vez me dejó una marca en el ojo izquierdo y poco a poco los moretones eran constantes. Hasta que no aguante más y lo denuncie, no podía formar una familia con él.
Por culpa de él había perdido mi identidad, mi respeto. Como pude haberme dejado con el primer golpe, con el primer engaño. No hay excusa para aguantar tanto. Será porque pensaba que un “lo siento” podía mejorar todo. No eran más que mentiras.
Ahora me encuentro recuperándome de ese dolor, de ese amor tóxico que no le deseo a nadie. Primero debemos amarnos a nosotros para poder amar a los demás. La felicidad sólo depende de ti.