Estamos acostumbrados a oír constantemente sobre relaciones o amistades tóxicas, pero existe algo realmente peor, los familiares tóxicos que no permiten que continúes con tu vida, son una piedra de tranca en tu futuro. La sociedad nos ha enseñado que las relaciones entre padres, hijos y hermanos deben ser lazos irrompibles, debemos amarlos y respetarlos por obligación, pero no siempre debe ser así, estos sentimientos se ganan.

No todas las familias son la imagen que nos vende. Podemos creer que cada uno de los integrantes es feliz, cuando en la intimidad del hogar todos son infelices, solo aparentan lo contrario para poder hacer ver a la sociedad que son “perfectos”. No permitas que el sufrimiento sea parte de tu vida solo por construcciones sociales.
La familia no es solo la que comparte tu sangre, aquel que te protege y se preocupa por ti también puedes considerarlo parte de ella. No tengas miedo de romper esos lazos dañinos, tú tienes tus razones y eso no tiene nada de malo. Sin embargo, como toda pérdida, debes trabajar en ella, no escondas el dolor y aprende a perdonar a esa persona, pues que él sea así no es tu culpa. Acéptalo como es, pero no permitas que sus hábitos destructivos sigan haciéndote daño.

No estamos obligados a querer a nuestros padres, solo a respetarlos. El amor es un sentimiento que no podemos obligarlo a que nazca, la otra persona debe ganárselo o generarlo en ti. No te sientas culpable por no sentir cariño por algún miembro de tu familia, solo tú entiendes tus razones y nadie debería juzgarte. Así que, es momento de que salgas de ese entorno tóxico y le des a tu vida un giro de felicidad y buenos pensamientos, eso es lo que necesitas.