El amor, en su concepción más amplia, es libertad, autonomía, apertura, alegría, felicidad, sosiego y muchas cosas buenas más. Enamorarse es la sensación más hermosa que todo ser humano puede experimentar; si estás enamorado, te sientes uno con el ser y nada te falta.
Todo esto sucede con la mayoría de los amores que acumulamos en la vida. Pero hay otros que son pesados, dolorosos y tristes. Dichos amores se convierten en una total carga y no te permiten avanzar; en vez de hacerte crecer como persona, te hunden y se convierten en un lastre en tu vida.
Si estas relaciones no hacen más que provocarnos dolores e incertidumbre, ¿Por qué algunos se apegan a ellas como si no hubiera un mañana? ¿Por qué sacrificarse de ese modo por una unión que no generará frutos positivos para ambos? ¿Por qué somos tan masoquistas en ocasiones?
Si quieres ser feliz y vivir la vida a plenitud, no debes arrodillarte por amores imposibles. Por más que nos duela, hay algunas personas a las que simplemente debemos apartar de nuestro lado porque nos estancan y nos hacen daño. A estas personas hay quue alejarles a como dé lugar, sin importar el costo que esto implique.
Debemos retomar el control sobre nuestras vidas. Para amar asertivamente, debemos mantener un correcto equilibrio con nuestras emociones para construir relaciones saludables. Arrodillarse ante un amor insano no es amor, es dependencia que provoca sufrimiento. Si deseamos trascender, es momento de buscar ayuda profesional y encomendarnos a la divinidad para que nos ayude, siempre con la fe de salir adelante.
No te maltrates más. Celebra el amor y cultívalo en todas sus formas, pero no te arrodilles ante él, no te esclavices. Disfruta de la vida y ya verás cómo todo irá encontrando su forma y podrás ser feliz.