Nunca dejes de darlo todo. Si nos disponemos a ser felices debemos arriesgarnos y dar bastante. Si amamos a una persona tiene que ser así. La vida se compone de eso, de “darlo todo”, caso contrario seriamos unos mediocres.
En ocasiones podemos dejarnos llevar por la tristeza o la decepción, pues lo damos todo y no recibimos nada a cambio, tampoco recibimos agradecimiento. Esto ocurre porque estamos condicionados a recibir algo a cambio por las cosas. No siempre debe ser así, por lo menos no cuando lo que hacemos nos nace del corazón.
Si decidimos darlo todo, debemos saber que forma parte de nuestra decisión y de ninguna manera están en la obligación de agradecerlo. Eso es una condición aparte. Si no te lo agradecen, pues ya no forma parte de tu responsabilidad.
Cuando nos aventuramos a amar, debemos desde mi punto de vista hacerlo con el alma, vivirlo a plenitud. Tomar la decisión de arriesgarnos, y vivir ese amor con todo. Si no resulta pues, vivir ese despecho también a plenitud.
La vida consta de eso, de sentirla y vivirla a lo grande, darnos con todo. Cometer errores, caerse y volver a levantarse. Reírse en ocasiones de nuestras propias fallas y retomar el camino.
Cuando nos vamos de este plano, lo hacemos tal cual llegamos, con las manos vacías. Así que arriésgate, ríete más, llora, enfádate, has eso que te parece estúpido pero que deseas hacer con locura. Decide vivir sin importar el que dirán. Todos tenemos sueños y en ocasiones no nos atrevemos por temer al que dirán.
Entrégate con todo y da todo de ti con el alma y corazón.se vive solo una vez. Que no te importe si te lo agradecen o no. Lo importante es que te llene y te haga sentir feliz.