A veces no estoy para nadie porque también debo enfocarme en mi. Necesito escucharme, motivarme, sanar las heridas y amarme.
Sin darnos cuenta, nos dejamos olvidados como un correo no deseado. No nos prestamos atención, por lo mismo que estamos centrados en trabajos o estudios, sin darnos un poco de tiempo a nosotros mismos.
Vivimos con las pantallas de nuestros móviles, respondiendo mensajes, atendiendo correos, revisando las redes sociales, subiendo fotos. Totalmente pegados a la tecnología.
Así que llegas a un punto, que ni siquiera te acuerdas de saber como estás realmente, como te sientes. Debes darte tu tiempo, hacer lo que te gusta, sin estar pendiente de las redes.
Decir: “no estoy para nadie, porque me hago falta a mi mismo”. Este será un gran paso, para relajarte y conocerte, todos necesitamos hacerlo.