Se dice que cuando el corazón habla no hay nada que se pueda hacer. Sin embargo, en ocasiones caemos en las redes de personas que no merecen nuestro amor, por lo que se deben poner a prueba para descubrir si valen la pena o no.
Los sentimientos y la razón nos acorralan, generan indecisión, no debes permitirte permanecer en lugares en donde desconoces el sentir del otro: no seré plato de segunda mesa, soy la única opción o no soy nada.
Cuando amamos a una persona que no nos merece debemos probarlo, para descubrir si esta tan enamorado de nosotras como nos hace pensar.
Lo primordial en tu vida debe ser el amor propio, no te permitas nuca ser plato de segunda mesa, recuerda que si no eres la única opción es mejor decir adiós, convierte esto es tu consigna de vida, mereces un amor puro y completo.
Acostumbrarme a ti, fue mi peor error. Ahora eres un simple desconocido.
El doloroso aceptar que tu amor no es correspondido, entender que no te valoran como mereces y que solo te encuentras a la espera de sus insignificantes actos de “amor”, que no eres lo más importante para esa persona.
Dicen que al amor es ciego. Podemos llegar al punto en que sabemos que nuestra pareja nos está siendo infiel, sin embargo optamos por hacer caso omiso y continuar como si nada pasará.
Esto nos impide aceptar la verdad, que nuestro amor no está siendo correspondido como merece, y que solo estamos desperdiciando tiempo y energía.
Sabemos que no podemos forzar a nadie a que nos ame, no podemos exigirles ser lo primordial en su vida.
Recuerda que tú vales mucho más, que mereces a una persona que te valore y que te amé sin necesidad de pedirlo, que su única opción seas tú.
No puedes seguir amando a alguien que no te merece, que no te trata como necesitas. Estas afrontando una realidad innecesaria y dolorosa, cuando hay muchas más personas que sí valen la pena.
Es mejor poner punto y final a esa historia. Es hora de buscar a alguien que te valore y te ame al máximo, con quien puedas ser tu misma, siendo la prioridad y el único amor el uno del otro.
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No permitas que nadie abuse de ti por ser una buena persona.