No sé si será al despertar.
No sé si será luego de la cena, al tomar el autobús, luego de ver una película o desgatar mis lagrimales con cien noches llorando por ti.
No sé si será hoy, mañana, en un siglo. Ni siquiera sé si fue ayer o si nunca lo hice.
No sé qué tan difícil sea callar el corazón para que no grite tu nombre con cada latido.
Lo único que sé con certeza, es que no sé cuándo podré dejar de amarte.
Porque te aferraste a mi pecho como una costra que duele sacar.
Te amarraste al sentimiento y al recuerdo e hiciste de mi memoria, tu hogar, siendo el huésped que amo y odio con la misma intensidad.
Por eso, no sé cuándo podré poner tus maletas afuera de mi ser, solo sé, que tu presencia me pesa, y que cada paso que doy hacia el futuro, se vuelve más difícil, porque aún mi corazón ve hacia el pasado.
No sé si será el olor de tu cabello, la manera en que sonreías después de un te amo o lo fácil que un beso tuyo humedecía algo más que mis labios.
No sé si es puro deseo de volver a probar la carne por la cual sentí tanta debilidad.
No sé cuándo podré entregarme de nuevo sin temor a poder olvidarte.
No sé cuán difícil sea dejar de amarte.