No quiero una relación perfecta, si no alguien que se esfuerce tanto como yo.

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Cuando conversamos sobre el amor verdadero y las relaciones sentimentales estamos tratando un tema muy profundo, aun así debemos recordar que la mayoría nos olvidamos de las cosas más especiales de los noviazgos:

Una pareja no debe basarse en los regalos, ni en salidas a restaurantes caros, tampoco en ramos muy llamativos.

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Las relaciones se basan verdaderamente en el fuerte vínculo que existe entre ambos dos, formando una pareja que se respeta, se valora y se ama, en donde ambos luchen para que su relación evolucione sanamente.

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Lo primordial en las parejas es que puedan hablar tranquilamente sobre sus anhelos y secretos más recónditos, sin sentir incomodidad o bochorno. Se trata de aceptar al otro tanto con su luz como con su oscuridad, para consolidar un amor verdadero y duradero.

Cuando se está enamorado no existen las inseguridades, no sientes dudas sobre lo que siente por ti, ni temor de que rechace algún aspecto de tu personalidad.

No estamos hablando de un noviazgo en donde todo es color rosa, sino en de un noviazgo en donde se trabaje en conjunto para formar una relación sólida y sana, que siempre afiance más y más y en donde haya confianza y protección.

Acostumbrarme a ti, fue mi peor error. Ahora eres un simple desconocido.

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Hoy ya no te echo de menos…

En ocasiones solemos conformarnos con acciones deficientes de nuestra pareja, pensando que no hay nada malo en ello, pero la verdad es que las relaciones no tienen que causar sufrimiento ni desilusiones.

Si te sientes así es hora de tomar distancia. Ya que si decides entrar en una relación deben permanecer juntos en todo el recorrido, y no que alguno se aleje si se pone difícil, al contrario, debe haber constancia.

Una pareja perfecta no es aquella que siempre publica su relación en las redes sociales, sino aquella en donde los dos son sumamente íntimos, en la que puedan charlar sobre cualquier cosa y no teman decir su opinión.

El amor no se trata de apariencias, sino de apreciar a la otra persona sin necesidad de gritarlo a los cuatro vientos, aceptar sus errores y aprender ellos para lograr evolucionar como pareja.

Fuente: Eros Aquí

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