Para esos hombres que parecen ser aficionados de jugar con los sentimientos de las mujeres, narcisistas, manipuladores, mentirosos. Todos tienen algo en común: el egoísmo.
Se aprovechan de la debilidad de las mujeres, en su más notoria escasez de amor, en la ausencia de cariño, es allí cuando aparecen ofreciendo uno falso, una careta que solo tienen un objetivo, herir con un tipo de amor venenoso que no tiene nada que ver con lo real.
La vida es demasiado corta para perder el tiempo en el amor venenoso. Es demasiado corta para gastarlo en promesas falsas y mentiras. Así que lo más idóneo, es no perder el tiempo con alguien que no nos merece, que no conoce el significado de la palabra amor, lealtad y respeto, no merecemos tener ni siquiera cerca a alguien sin valores y con energías negativas.
Que, en vez de aportar, lo que hace es destruir. Debemos abrazar nuestra vida y deshacernos de toda la toxicidad de las personas negativas. Porque si no lo hacemos, eventualmente nos encontraremos sofocando las consecuencias de nuestras malas decisiones.
La vida es demasiado corta para perder el tiempo con alguien que no sabe cómo tratarnos bien, para perder el tiempo esperando que alguien empiece a tratarnos como nos merecemos. Cada persona, debería, obligatoriamente, conocer su valor y no debería conformarse con otra cosa que no sea lo que se merece.
Y si hay que tener algo claro en la vida, es so perder el tiempo con la ilusión de que esa persona va a cambiar. Pueden cambiar, pero el 99% de las veces, no lo harán. No pensemos que poseemos algún tipo de magia, que pueda cambiarlos porque eso no sucede, eso es fantasía, y de eso no se vive, porque es irreal.
La única persona que puede cambiarlos son ellos mismos. Nadie merece nuestras lágrimas, nuestras noches de insomnio o nuestro amor desinteresado. No deberíamos esperar a que cambien porque, con esa espera nos hacen daño y eso debería ser suficiente.
Es hora de decir adiós a todos los hombres y personas que nos lastimaron de una forma u otra. Somos demasiado importante para dejar que nos traten como no merecemos.