Ya intenté de todo para no pensar en ti
Ya fingí delante de todas mis amigas que no me interesas
He intentado no sonreír cada vez que decía tu nombre
Pero fallé.
Ya intenté controlarme, pero tú me descontrolas por completo
Todas las medidas necesarias que tomé, tú las debilitas.
Tú me debilitas, y por más que intente ignorarlo… Me gustas.
Y me ha tomado un montón de romances absurdos, decepciones y desenlaces terribles poder encontrarme contigo…
Ahora quiero hacerte una confesión: cuando intento escribir, tu nombre viene a mi mente al final de cada oración.
Quiero que seas tú, que sea yo, que exista un “nosotros”.
Y aunque no sepamos el futuro, no quiero quedarme con las ganas.
Ya lo intenté, ya probé la indiferencia y la distancia.
Pero de alguien como tú, uno no escapa, tú me atrapas.
De verdad odio los abrazos, pero…
Contigo todo es tan natural, todo fluye naturalmente, y no quiero que me sueltes.
No sé cómo llamarle, si destino, o suerte.
De cualquier forma no quiero desaprovechar la oportunidad.
Quiero aprender a quererte.
¿QUÉ DECIDES TÚ?
Ya se me agotaron las armas, el frío se convirtió en verano.
Y aunque intente negarlo
no puedo seguir callando lo que mis ojos dicen a gritos.
Ya tengo la vida y los brazos listos.
“Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos”, diría Neruda.
“Quiero dejar de escribir de amor, y hacerlo contigo mejor”, diría yo.
Porque te quiero, te deseo, te respiro, y empiezo a creer que no intentarlo es una pérdida de tiempo.
No quiero esconder mis ganas, y enviarlas a un rincón desconocido.
Quiero quererte completa y con todos mis sentidos, de manera honesta,
Sutil,
Suave,
Lenta,
Irresistible,
Humana.
Quiero divagar por los días sabiendo que estamos y somos.
Que en un mundo de gente tan poco caliente, te escogí,
Que en tu soledad me viste, me sentiste, me elegiste.
La última palabra la tienes tú…
Fuente: Mujereología