No pierdes nada por preguntarle si ella solo quiere sexo.
Al fin y al cabo, a ellas les gusta coger sin compromiso tanto como a los hombres.
Pero no seas pendejo, y deja de enamorarla si no tienes la mínima intención de corresponder a sus sentimientos.
No la enamores llevándole rosas, ofreciéndole un desayuno en la cama, prometiéndole un futuro juntos hasta envejecer.
No la enamores y sé hombre. No juegues con un corazón noble, porque quizá, a ella también solo le interesa una noche a tu lado y nada más. Sin cafecitos endulzados con palabras tiernas al día siguiente.
No la enamores, dale chance de irse con su corazón completo. Llena de placer y nada más.
No deshonres tu nombre enamorándola si solo quieres llegar hasta su piel. No seas tan cobarde y deja de hablar de sentimientos solo para tener sexo con ella.
Deja de decirle “mi amor”, “mi vida”, “mi cielo”. Porque ella no es nada tuyo, ella para ti es solo una mujer a la que le tienes deseo. Ella no necesita que la tomes de la mano cuando van camino a casa a coger y nada más. No seas poco hombre y deja de tratar de enamorar a alguien a quien no quieres ni un poquito.
Deja de dedicar poesías y canciones si ella no provoca en ti, ninguna de esas frases que recitan los artistas en sus letras.
Evita hablar de eternidad y de ratos a futuro.
Deja de tocar el temita de conocer a sus padres, que a ellos no les interesa conocer a un canalla.
No faltes al respeto a los hombres de verdad que aún saben querer a una mujer y se las llevan a la cama para hacerles el amor de forma sincera. No como tú, cobarde, que aún piensa que los orgasmos son el mayor símbolo de cariño de una persona.
No la enamores, porque engañar a un alma y un corazón puro, no es cosa de juegos.
No la enamores, sino tienes la hombría suficiente para amarla como ella sería capaz de amarte a ti.