Desde hace tiempo se ha escuchado esa cita de “tanto tienes, tanto vales” y la gente se apegan tan bien a esto que ya lo ven como una norma, como una ley de vida, cuando de todos modos este es parte del inconveniente que vive la sociedad.
La gente están divididas por clases y los que están arriba en la mayoría de los casos disfrutan sintiéndose superiores de esos que están abajo.
No obstante, el estatus o casta social que poseas no debería influir en lo educado y humilde que consigas ser con los otros. Tu cargo no te hace más que nadie La gente llevan siglos acatando líneas ficticias que los dividen entre ricos y pobre, no obstante, estas líneas están logrando algo más que solo eso, en este momento está realizando que cualquier persona que escale un cargo dentro de una compañía, se sienta muy mayor a los otros. Se ve que con los ascensos se perdiera algo tan elemental como la educación y la humildad.
Frecuentemente podemos encontrar en distintas compañias a jefes que en todo momento están con cara de pocos amigos, no saludan a sus empleados, caminan por los pasillos como si fueran dueños de todo el mundo y si alguien los saluda tienen la capacidad de dejarlos con la mano colgando. Tales reacciones no son más que el reflejo de la desigualdad, del orgullo y de la soberbia, armas de doble filo que no solo perjudican a la gente generalmente sino que además aísla y hace padecer a quien las utiliza.
Es evidente que en el momento de ocupar un puesto sustancial en alguna compañía puede que requieras que los otros sientan hacia ti un aire de respeto. No obstante, tienes que tomar en cuenta que el respeto no es semejante que el miedo. Si les haces sentir miedo solo te respetarán por las causas mal hechas. Y sino intimidas pero eres grosero, tampoco generarás respeto. El respeto se gana con experiencia pero además con gentileza y amabilidad. Esto te va a hacer ver como un individuo educada.
Y si a esto le sumas humildad, sin lugar a dudas vas a ser amado y muchísimo más apreciado en tu trabajo. La gente reconocerán que comprendes que eres del mismo modo que el resto, un ser humano con virtudes y defectos. Dejarán de verte como un individuo repudiable o egocéntrica, comenzarán a verte más abierto a escuchar a los otros y esto te nutrirá el día muchísimo más que todo el dinero que consigas ganar en ese puesto.
Ten en cuenta que los enormes hay no para pisar a los más chicos y hacerlos sentir insignificantes, sino para empujarlos y ser siempre un acompañamiento. Si has alcanzado ese nivel de superioridad te felicitamos. Si en este momento estás estrenando ese cargo que anhelaste, puedes sentirte feliz y orgulloso de esto pero no permitas que esto se te suba a la cabeza, recuerda siempre saludar, ofrecer los buenos días y las buenas tardes va a hablar realmente bien de ti, pero lo va a hacer muchísimo más si recuerdas siempre sonreírles a todos y hacerles ver que tú los notas. La humildad siempre debe ser parte de tu estilo de vida.