Muchas personas piensan que las victorias que uno tiene es cuestión de suerte, que nos viene de la nada, teniendo muchas cosas buenas en la vida. La realidad de todo ello es que nos cuesta mucho poder lograrlo, no es nada sencillo llegar a donde uno se encuentra. Las victorias se obtienen por medio de lucha, perseverancia, estímulos para lograr lo que uno quiere.

Vivimos en una sociedad donde muchas veces los triunfos personales se miran con recelos y desconfianza. Si uno ha conseguido llegar donde desea, es por la insistencia que hemos tenido para lograrlo, no nos hemos rendido fácilmente. Hemos tropezado incontable veces, pero nos hemos levantado y lograr aquello que tanto anhelamos.
La perseverancia mueve montañas
El éxito en la vida siempre llega por la insistencia. Por esa perseverancia que integramos en nuestro ser como una necesidad necesaria. Además, es bueno armonizar una serie de dimensiones básicas que permite alcanzar aquello que se proponen:

– Esto requiere una adecuada gestión de las emociones, tenacidad, perseverancia y resistencia a la frustración.
– Las personas que tienen estas características, no dependen de las motivaciones externas. Ellas mismas saben cuáles son sus limitaciones y sacan provecho de esa capacidad.
Cuando el éxito o la felicidad ajena se ve con desconfianza

Es cierto que la empatía se encuentra sobrevalorada, por motivo, que todos fingen sentirse felices por los demás, pero la realidad es que mucho de ellos tienen envidian porque hacen comentarios fuera de lugar. Como desmereciendo su esfuerzo en conseguir lo que quieren. Hay una frase que todos piensan “deseo que sea feliz pero no más que yo.”
¿Por qué a veces la mente humana deriva en estos pensamientos maliciosos?
Las personas que tienen esos malos pensamientos jamás podrán ver la perseverancia de quien pasa sus noches en vela estudiando o logrando lo que quiere. Tampoco será capaz de ver el amor sincero que esa persona siente por tener lo que anhela.

– El complejo de inferioridad hace que uno tenga ese tipo de envidia. Siempre será mejor desmerecer el éxito ajeno que evidenciar las carencias propias. De este modo, lejos de permitirse admirar o aprender de ello, para los envidiosos es mejor alzar muros y lanzar piedras.
– Uno no debe dejarse influenciar por ese tipo de perfiles. Si quieres lograr la cumbre en nuestros caminos vitales, pues sigue perseverando que en un momento lo conseguirás. A oídos sordos a quien nos traen críticas, sigue mejorando y verás los buenos resultados.
Es por ello, que es bueno elegir a las personas. Busca aquellas que te sumen en la vida, no que te critiquen y te miren con recelo. Rodéate de gente que comparta tu felicidad cuando alcances el triunfo.