Está bien que esa persona se vaya de nuestro lado, puede irse, pero el amor propio es lo que se mantiene en nosotros mismos. No podemos permitir perder ese amor también, ya perdimos uno no caigamos en la profundidad por perder la esencia y nuestro amor propio.
El amor no tiene que ser para siempre
No todo en la vida dura para siempre, hay momento en que se termina. Uno debe valorar el amor mientras lo tengamos, mientras nos aporte aquello que nos hace bien. Pero cuando la relación deja de ser equilibrada y recíproca, el amor en algún momento caduca también.
Soltar a quien no nos ama, es darles paso a nuevas oportunidades
Renunciar a esa persona que hizo nuestra vida especial es muy doloroso, no es nada difícil poder superarlo y dejar de amar de la noche a la mañana a ese amor que tuvimos en nuestra vida. Por ello, es recomendable vivir un tiempo de duelo. NO es nada bueno retener a alguien que no quiere estar con nosotros, ya es un sentimiento muerto, así que debemos dejarlo ir poco a poco.
Luchas por amor tiene un límite
“Te quise tanto hasta que mi dignidad me dijo: no es para tanto” Esta frase quiere decirnos que es bueno luchar por alguien, pero hay límite hasta donde podemos hacerlo. Ya que podemos darlo todo, pero jamás arriesguemos nuestra dignidad o perdamos el respeto a nosotros mismos por querer tenerlo a nuestro lado. Si lo has intentado todo y no quiere regresar, es mejor dejarlo ir que perder el amor propio, nuestra esencia por querer retenerlo. Eso si no vale la pena.
Quien se quiere machar, que se vaya. Nadie debe obligar a amar, el amor debe fluir de manera natural sin exigencias de nadie. Si alguien te quiere se quedará, pero si no desea estar ya en tu vida se irá. Si se va, sólo déjalo ir y el tiempo se encargará de curarte la herida.
En un momento entenderás que las relaciones son para agradecerlas porque son los que nos enseñan a amar y ser amados, nos da la oportunidad de conocernos a nosotros mismo y darnos a conocer a quien amamos. Además, a través de ello creceremos y maduraremos como persona, de forma independiente. Debemos aprender a agradecer esas vivencias y rescatar de ellas lo positivo, que, si bien sabemos que no debe ser para siempre, su aporte en nuestras vidas, debe permanecer en nuestro interior como una enseñanza de vida.