Algunas veces, el enamoramiento se convierte en una experiencia que se viven en la intimidad de uno mismo. Se desarrolla una especia de capacidad de disociación de tu atención, esto ocurre cuando nadie sabe que te encuentras enamorado. Es decir, puedes aparentar estar presente en un momento y una situación, pero en realidad, a nivel interior tu mente está centrada en la ilusión que te produce esa persona.
Vivir el enamoramiento en secreto
Cuando nadie sospecha que estás enamorado vives en tus miedos, tus esperanzas de soledad y en tus ilusiones. Puedes magnificar tanto lo positivo como lo negativo de esta historia ya que no tienes un punto de vista complementario que te ofrezca un feeback diferente.
Cuando nadie sabe que estás enamorado sientes que tu historia es muy especial. Por esta razón la proteges mucho de la opinión de los demás. De hecho, este tipo de enamoramiento suele mantenerse en secreto por alguna razón determinada que te lleva a preferir que los demás no lo sepan. Por ejemplo, vivir un amor en el que no estás seguro de si el otro te corresponde. Igualmente, cuando una persona se encuentra en pareja, el enamoramiento se puede convertir en un caos interior.
Necesidad de expresar ese amor
En este caso la persona puede mantener el secreto durante un tiempo hasta que, finalmente, no puede soportar ese sufrimiento. Y necesita un confidente, alguien con quien hablar y desahogarse. En ese momento, surge la oportunidad de dar forma a esa historia de un modo diferente. La persona a callado durante mucho tiempo que experimenta el efecto contrario de dar rienda suelta a ese torrente emocional de ideas y vivencias. No puede permanecer por siempre ese amor que siente, siente como si tuviera un nudo en la garganta. A veces sientes que quieres gritárselo a todo el mundo, pero tienes miedo a lo que van a decir. Así que prefieres tenerlo oculto, pero nadie puede durar con esa agonía. Por ello, siempre buscan a alguien para poder explicarle lo que sienten y que este al menos sólo los apoye y no los juzguen.