La privacidad y el uso de los celulares siempre han ido de la mano. Muchas parejas se complican por este tema, ya que, la mayoría piensan que detrás de dicho dispositivo, se esconde la razón de la infidelidad.
Si bien es cierto que este pequeño aparato puede “facilitar” la forma en que la gente engaña a su compañero de vida, la verdad es que no aumenta o reduce las probabilidades de que alguien sea infiel.
La infidelidad es algo que va arraigado con la salud de la relación, y mientras esta exista, no habrá infidelidad posible, con o sin teléfonos de por medio.
Ahora bien, según el Daily Mail, un tribunal le dio a una mujer tres meses de cárcel por revisar el teléfono de su esposo sin su consentimiento.
El hombre no titubeó en denunciar esta violación de privacidad luego de que su esposa tomara el teléfono de él mientras estaba dormido para pasar los datos de dicho teléfono al suyo para revisarlo más adelante.
Su única defensa fue que su esposo le había dado la contraseña luego de que lo descubriese hablando con otra mujer.
Incluso en el matrimonio, esto es considerado un delito, incluso bajo la sospecha de infidelidad.
El crecimiento de las redes sociales ha aumentado las probabilidades de delitos informáticos, como chantaje, difamación, estafa y más. Dentro de los delitos está también la invasión de la privacidad.
Finalmente, se sabe que la mayoría de los divorcios en Latinoamérica ocurren luego de que la pareja revisa el teléfono de su acompañante.