Nos encontramos en un mundo que nos estereotipan desde nacimiento. Poniéndote trabas porque tienes que cumplir con las expectativas de lo que te impone tu familia y la sociedad, sintiéndote atrapada sin poder mostrar tu verdadero yo. Te han exigido tanto que te han transformado en una persona que sientes que no eres realmente.
La vida es sólo una y tienes que disfrutarla como mejor te parezca. No lo desperdicies por querer caer bien a los demás, no vale la pena. Deja que los prejuicios y los miedos absurdos impuestos para que maten tu esencia. Cree más en ti.
Todas sabemos que este es un mundo de hombres, pero que también puede ser conquistado por nosotras. Nuestra determinación y estrategia nos permite ser conquistadores indirectas de este mundo. Tenemos más fuerza de lo que ellos creen, hasta podríamos decir que somos más fuertes que ellos y le hacemos creer que son el género más fuerte, cuando somos nosotras quienes siempre estamos rescatándolos.
Debemos aprender a respetar nuestras propias decisiones. Ser fieles a quienes somos, no dejarnos dominar por lo que dice la gente. No aceptemos que nos digan lo que tenemos que hacer, busquémoslo por nosotras mismas.

Si no te gustan los hombres, si te gustan demasiado; si eres bajita, si eres muy alta; si te encuentras delgada, si has ganado peso. Lo mejor de todo es ser la mejor versión de ti, sin importar como eres. Lo físico sólo es lo de afuera, lo que interesa es como eres por dentro como te haces notar y como conquistas el mundo.
Siéntete orgullosa de ser como eres, porque tienes cualidades únicas e irrepetibles, porque no puedes ni debes ser la copia de nadie más; tu originalidad se reflejará hacia los demás y verás cómo atraerás a las personas que harán interesante tu vida. Siempre defiende tus derechos, habla por ti, muéstrate al mundo como eres y deja que los demás te hablen.
Lo más importante aquí es saber quién eres, buscarte y aceptarte cómo eres, no aceptes que nadie venga a definirte y a cambiar tus metas y sueños. Ámate, quiérete, respétate, vive de verdad, nunca es tarden para aceptarte.