Cuando no te amas, hay una serie de cosas que te afectan no sólo a nivel emocional y mental sino también físico.
Es bien sabido que la mente influye enormemente sobre el cuerpo. Es así que cuando tu autoestima no está en un nivel óptimo, te encuentras inconforme contigo misma, con quienes te rodean y con el ambiente en general.
Los pensamientos negativos frecuentes asociados a esa situación afectan tu sistema inmunológico, y por ende te encuentras más proclive a las enfermedades.
La vida está llena de circunstancias que pueden generarnos mucha alegría o mucho dolor. En el caso de estas últimas, solemos asumir posturas negativas que lo que logran es empeorar nuestro estado de salud tanto mental como físico.
Las situaciones de estrés y dolor nos predisponen a ver las cosas de una manera que puede terminar siendo perjudicial. Sin embargo, recordar que todo es aprendizaje nos puede ayudar a mirar las cosas desde una perspectiva más sana.
La vida no está llena de sólo felicidad pero no significa que por ello no podamos tomar lo malo como algo que al final del camino se verá de mejor manera.
Cabe destacar que ciertas circunstancias son externas a nuestras decisiones y otras que son consecuencia directa de las mismas. En cualquiera de los dos casos, debemos asumir la responsabilidad sobre lo que nos depara la vida y encargarnos de no dejarnos absorber por lo negativo y evitar cometer los mismos errores una y otra vez
Es así que si queremos alcanzar el bienestar integral, debemos siempre tener presente que muchas enfermedades mentales y físicas son resultado de fallas o vacíos en el optimismo, en el amor y en el reconocimiento de nosotros mismos como seres valiosos y únicos.