Es cierto que existen mentirosos que de destacan por ser tan cuidadosos al momento de engañar a alguien o mentirle, es tan grave la situación que no se pueden contar en nuestras listas de mentiras descubiertas, ni nos dejan afirmar aquello de que “entre cielo y tierra no hay nada oculto”, también es real que en muchas oportunidades, la intuición femenina ayuda a identificar cuando alguien les está mintiendo.
La mayoría de las veces, a pesar de la corazonada, la cual colabora demasiado, puede existir todo un historial de información con cinismo, el mentiroso siempre ve a la cara, narrando sus obras de teatro, se proyecta en la mente de la mujer aquello que ya sabe y esta persona se sigue hundiendo poco a poco ante sus ojos que le hace una cruz más grande a medida en que sigue y sigue mintiendo.
Es natural que resulte sencillo rescatar a tiempo una mentira, generalmente tienen un efecto de bola de nieve, donde de una mentira se pasa a otra, a otra, a otra y luego a otra sin ánimos de descubrirse, el estafador explora cada camino de la ingenuidad o hasta de la actuación de quien puede o no saber más que suficiente.
Mayormente, por fines estratégicos, alguien puede fingir no conocer la verdad y mirar con asombro la frialdad de qué tan lejos puede llegar alguien con mentiras, buscando el momento exacto para descubrirlo o dejando que él mismo se coloque la soga en el cuello y termine confesando por alguna u otra vía la realidad.
Realmente no es importante cuándo descubrimos una mentira, es completamente decepcionante y es la forma más rápida que tenemos de romper por completo la imagen y el respeto de alguien, la credibilidad de lo que dice. Una sola mentira puede poner a temblar toda una vida, quizás algo que no es tan importante puede romper con una relación por el simple hecho del mero acto de mentir, más allá de cuales fueron los motivos que lo vieron obligado a decirla.
La mentira jamás debe ser un recurso que utilicemos con las personas que amamos, ni subestimar jamás su capacidad de conocernos, por algo son personas allegadas a nosotros. La verdad puede doler algunas veces, pero puede aligerar los efectos de una mala decisión, a diferencia de la mentira que generalmente termina por comprometer la confianza y empeorar cualquier tipo de situación.