Para mucho de nosotros puede ser algo complicado poder encontrar pareja, puede que seamos muy exigentes o siempre estamos pensando en lo que pasará y no queremos arriesgarnos si sabemos que terminará algún día. Lo malo de esos pensamientos en que seguimos en la espera que algo fuera de este mundo aparezca y nos haga cambiar de opinión, pero si estamos en esa espera puede que pase mucho tiempo y que nunca suceda es por ello que debemos dejar de pensar en ese tipo de cosas, el amor no se piensa tan sólo se deja que fluya con naturalidad.
¿Qué temores se experimentan cuando buscamos pareja?
El temor al rechazo es muy fuerte, esa frustración que sentimos, el desencuentro de la intimidad, el terror al compromiso, el miedo al abandono, temor a la intensidad de los sentimientos, sentirse uno juzgados por los amigos y familiares en cuanto a la elección de la pareja.
Si tenemos todos esos sentimientos será muy difícil conseguir a alguien especial, porque puede que esa persona esté a nuestro lado, pero por todos esos muros que hemos formado va a ser imposible poder verlas. Debemos de bajar esos muros del temor y arriesgarnos a amar a alguien, aunque sabemos que un momento pueden rompernos el corazón, créeme que vale la pena, aunque sea tener unos quince minutos de buenos recuerdos, de momentos inmemorables.
Porque el amor no siempre tiene sentido
En el amor no todo es perfecto. Cuando uno se encuentra en pareja, han experimentado muchas críticas, pero a pesar de ello han sabido superarlo juntos. Puede que existan parejas que tienen mucha diferencia de edad, el estilo de vida que llevan, y hay amores más fuertes como los muy conocidos “Edipo” y “Electra” que pueden tener confusiones de sentimientos de dependencia o protección, lo cual a veces se relaciona con la transposición de la prohibición cultural.
Esto nos indica que es momento de superar los tabú, y saber que en el amor no vale las etiquetas. La sociedad siempre se va a impones a lo que no entiende, así que dejemos de preocuparnos lo que los demás digan y amemos con libertad, pero también que esa persona sienta lo mismo que uno. El amor no se le obliga a nadie, tan sólo se deja fluir. Cuando existe el amor hay respeto y comunicación para que una relación pueda funcionar de forma independiente a la edad, el sexo, etnia o nacionalidad e incluso religión. El amor no tiene límites o prohibiciones, tan sólo es libre.