Se ha vuelto tan natural ver relaciones donde se sufra por amor o donde se entregue todo en demasía. Por eso cuando empezamos a pensar en nosotros mismo antes que los demás, inmediatamente somos llamados “egoísta”. Pero, ¿qué hay de egoísta en brindarnos la importancia que merecemos?Nadie más que nosotros podrá valoramos y queremos. Es un error común dejar en manos de otros nuestra felicidad cuando en realidad la felicidad tan solo depende de ti y de nadie más.
Responsabilízate de ti mismo
Tienes que ser responsable de ti mismo. Puede sonar frívolo, egoísta, absurdo. Pero por este motivo hay personas tan infelices en este mundo, porque siempre están decepcionándose de las cosas que esperan de los demás. Si hay piedras en tu camino debes retirarla tú mismo. Nadie lo hará por ti, pues es tu vida y es tu camino.Te dejamos 3 cuestiones importantes que te harán comprender mejor el sentido de ser responsable de ti mismo:
1.- No dejes tu felicidad en manos de los demás.
2.- No permitas que tu felicidad dependa de lo que los demás te aportan (cariño, halagos, etc)
3.- Cultiva tu propia felicidad. Piensa que tu felicidad no tiene que depender de lo demás.
No esperes, acepta y asume
Debemos aprender a relajarnos y aceptar que en la vida todo cambia, viene y se va. Pues las decepciones vienen porque no has aprendido a aceptar y asumir que ciertas cosas no están de tu mano cambiar.
Los problemas que hayamos podido sufrir en nuestra familia… Todo esto nos lleva a atarnos, a apegarnos emocionalmente y a ser infelices. Todo esto sucede hasta que somos conscientes de que debemos empezar a pensar en nosotros mismos.
Sé libre y permite que los demás lo sean también
Debemos aprender a ser libres, pero esto no quiere decir que no te permitas amar. Pero debemos distinguir entre amar y atarnos a una persona. Esto ya es dependencia, pues si no somos libres no podremos ser felices.
Es importante que aprendas a aceptar tu libertad, que empieces a desapegarte de los demás y a no permitir que tu felicidad depende de lo que los demás hagan o no. Tu felicidad depende de ti.
Fuente: Rincón del Tibet