Es tiempo de ser feliz, de dejar ese amor que te dañó, en el pasado. No puedes seguir hacia adelante si estás mirando hacia atrás. Tienes que preocuparte por ti y nadie más. Ya viviste por esa persona mucho tiempo, lo entregaste todo. Lo arriesgaste todo por tener una relación estable, un lazo fuerte con esa persona, pero él no lo supo aprovechar y no puedes seguir insistiendo a alguien que nunca lo tomará en cuenta.
Tienes que entender que ese amor no era para ti. Era un amor tóxico que te carcomía. Si tuviste tiempos bonitos, en su momento fue especial. Pero luego se tornó negro y oscuro. Que tenías que terminar con esa persona, porque no puede el dolor y el amor estar en una misma oración.
Eres una persona especial, que tienen que respetarte, considerarte, amarte y mimarte. Te mereces a alguien que se preocupe por ti, que pueda sorprenderte con detalles inesperados, que demuestre cuanto te quiere. Que te ame, como tú lo amas a él. Que puedan compartir momentos donde ambos estén a gusto, sin sacrificios, sin penas.
Te mereces un amor único e inigualable. De esos que luchan porque su relación sea saludable. Por hacerte sentir bien y viceversa. Por ese amor que se basa en el equilibrio de ambos. En la lucha de ambos. Un amor que se disfrute y se comparta.
Te toco ahora ser una persona feliz, seguir tu propio rumbo. Encaminarte hacia un mundo mejor. Piensa en estar bien contigo misma, amate para que puedan amarte los demás. Preocúpate por tus proyectos, céntrate en ti y se feliz. Verás como en el camino aparecerá esa persona especial, porque todos estamos destinados a encontrarnos con nuestra alma gemela. Una persona que nos haga ver el lado bueno de las cosas, donde no importa si hay peleas podrán solucionarlo con esfuerzo de ambos.
Estuviste mucho tiempo dando tu amor a una persona que no te valora. Ya te toca recibir ese amor que tanto esperas. Sólo mantente firme y proyéctate a que todo va a salir bien. Todos nos merecemos esa felicidad, así que no desesperes que tarde o temprano va a suceder. Lo mejor de todo, es que siempre aparece en el momento preciso, en el momento que uno está preparado para recibir ese amor y darlo también.