Me gustan los hombres que tienen la capacidad de dejarme sin palabras con tan sólo hacer presencia en mi vida.
Me fascinan los hombres altos, varoniles, seguros de sí mismos, protectores pero también sensibles y tiernos.
Me gusta que sean unas fieras en la cama y unos peluches en los detalles. Me gustan los que marcan su territorio, los que celan.
Me gustan, en definitiva, los hombres que no tienen miedo de decir lo que tienen que decir, sin importar las consecuencias.
Pero también, a diferencia de otras mujeres, hay algo que me fascina sobremanera en un hombre.
Me fascinan esos chicos que se les nota la frescura de la edad, la agilidad de la mente y la rapacidad de su carne tierna.
Me gusta la carne que no ha sido machada aún por el tiempo y los besos mal dados. Me gusta la irreverencia que viene de la inexperiencia, el atrevimiento, la espontaneidad del beso robado…
Me gustan los chicos jóvenes que se enamoran honestamente, aquellos que no han sucumbido al desengaño, aquellos que aún creen en el amor.
Me gustan los chicos menores porque aman con todo, no dejan nada a cuestas y siempre están dispuestos a ofrecerte el mayor de los abrazos, las caricias más profundas.
Me gustan los chicos menores porque me rejuvenecen, me hacen sentir como nueva, porque con sus caricias le dan fuerza a un espíritu domado por la costumbre.
Me gustan los chicos menores, en definitiva, porque tienen un largo camino por recorrer y muchas ganas de amar.
¿Y a ti? ¿También te gustan los chicos menores?