Me gusta como soy, no pienso cambiar por nadie

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Dicen los expertos, que siempre llega un momento en que cambiamos nuestra personalidad, principalmente por estos 3 factores: para adaptarnos a un ambiente determinado, para conseguir un objetivo o para evitar algo que nos desagrada o produce miedo. Y aunque es difícil aceptarlo, esto se da en muchas relaciones de pareja.

Algunos tienen la idea errónea que cuando tienen pareja deben renunciar a todo por la otra persona. Van limando poco a poco su carácter y se van amoldando a la pareja “para encajar” y alcanzar así un propósito que tarde o temprano se convierte en un “despropósito”.

Quien renuncia pierde, quien cambia lo que le define por hacer feliz a la pareja, deja de ser él mismo. Por lo tanto, lo único que le espera a esa relación es el fracaso porque esa farsa donde uno domina y el otro mantiene una máscara que no lo identifica no durará para siempre.

No voy a cambiar por ti, voy a crecer contigo

No voy a cambiar por ti, no me pidas que sea más dócil, más delgado/a, que renuncie a mis pasiones para encajar en tus vacíos. Me gusta como soy, así que tendrás que aceptarme con todos mis matices porque es en ellos donde está mi felicidad, mi integridad.

La personalidad es un constructor psicológico que se edifica a lo largo de nuestra vida a través de las experiencias y las valoraciones que hagamos de ellas. Somos un compendio de virtudes, limitaciones, manías, valores, sueños y expectativas que no podemos cambiar de la noche a la mañana. No es saludable, ni es lógico.Debemos resaltar una cosa: cambiar no es malo si la necesidad parte de uno mismo porque necesitamos de vez en cuando y para guardar un equilibrio: renovar nuestros pensamientos, nuestros propósitos y actitudes. Esto es parte de nuestro crecimiento personal.

En ocasiones, es uno mismo quien busca el cambio para adaptarse al otro, para ser amado y aceptado. Pero eso denota falta de autoestima porque quien busca aparentar algo que no es para que otros les quieran, lo que ocurre en realidad es que son ellos quienes no se aman a sí mismos. Esto poco a poco va ir destruyendo a la persona con el tiempo.

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No quiero cambiar para que me quieras, quiéreme por lo que soy

Es esecnial que quien te quiera, ya sea tu pareja, tus amigos o tu familia, te quiera no sólo por lo que eres, sino “a pesar” de lo que eres. Es decir, deben quererte con tus luces y tus sombras, con tus grandezas y tus cicatrices.
Puede que quieras una pareja, que desees contar con buenos amigos, pero antes de todo ello es necesario prepararte para ser pareja, prepararte para ser amigo. 

No voy a cambiar por ti, voy a caminar a tu lado

Las personas seguimos cambiando cada día, pero nunca perdemos nuestras esencias, nuestros principios y nuestros valores. Es por ello que no debemos claudicar ante lo que nos define, porque entonces, dejaremos de ser nosotros mismos.

Piensa, que si hay alguien que te obliga a cambiar es porque no le gusta cómo eres en realidad. Y si no le gustas, el problema no será tuyo, sino de la otra persona que no es capaz de aceptar lo que hay ante él/ella.
Las personas nos unimos para crecer no para limitar, para caminar juntos y no para poner zancadillas, para construir nuevos horizontes y no para desvanecerlos. Si se empeñan en cambiarnos, lo que hay son censuras, baches y heridas. No lo permitas.

Fuente: Mujer.guru