El cansancio psicológico nos debilita física y mentalmente. Es una dimensión que surge como resultado de los demasiados: demasiadas decisiones, demasiados pensamientos intrusivos, demasiado trabajo, obligaciones, interrupciones, ansiedades, etc… A la vez, es también el reflejo de muchos pocos: poco tiempo de calidad para uno mismo, pocas horas para dormir, poca calma interior, etc…
Alguna vez hemos experimentado esta sensación, este desgaste a grandes niveles. Es muy importante tener en cuenta que un cerebro fatigado, cansado psicológicamente, trabaja y responde a los estímulos de otra manera. Así, y como dato curioso, el neurocientífico Matthew Walker pudo enseñar a un nivel de laboratorio que los individuos mentalmente agotados tienen una percepción más negativa de su realidad y aparte, son mucho más sensibles a nivel sentimental.
Por otra parte, un aspecto que a veces nos conlleva a equivocaciones es llegar a creer que ese cansancio psicológico se debe, a una acumulación fatídica de fallas, malas decisiones, fracasos o decepciones. No es cierto. Gran parte de las veces el agotamiento es el resultado directo de un alto nivel de tareas y actividades que asumimos sin percibir que nos superan.
Todos hemos escuchado aquello de que la percepción de nuestra realidad depende a veces de cómo miramos el vaso, si medio lleno o medio vacío. Sin embargo y en relación al presente, podríamos diseñar la pregunta de otra forma: y tú… ¿cuánta cantidad de agua podrías aguantar si tuvieras ese vaso en la mano? A veces, solo basta una gota de más para derramar el vaso y llegar al límite de nuestras fuerzas.
“Agotamiento psicológico, un problema demasiado común”
Pablo se siente totalmente satisfecho con su vida, de hecho, no podría pedirle más a la vida. Es diseñador gráfico, le encanta su trabajo, tiene una pareja a la cual ama y además es padre. Todo lo que está en su ambiente es satisfactorio, no hay ningún problema importante en su vida; sin embargo, todos los días capta que le cuesta más tomar decisiones, su humor es más taciturno, no puede concentrarse e incluso tiene problemas para conciliar el sueño.
Se siente incapaz de comprender qué le sucede. Todo va bien, de hecho debería sentirse más alegre que nunca; sin embargo, en su cerebro hay una especie de sensor que le señala que “algo falla, que algo va mal”. Si tuviéramos un observador externo en esta historia nos podría explicar diferentes cosas que le servirían de ayuda a nuestro protagonista.
Una de ellas es que Pablo tiene una sensación de que están pasando demasiadas cosas a la vez en su vida: un aumento, nuevos proyectos profesionales y clientes a los que satisfacer, un hijo, una hipoteca, la consolidación de un nivel personal donde desea (se exige) que todo sea perfecto… Todo ello da forma a una constelación donde “muchos pocos” hacen un gran “demasiado” en su mente, poniendo en total peligro su capacidad de manejo. Su agotamiento mental es algo evidente, además de desgastante.
“Signos y consecuencias del agotamiento psicológico”
- Fatiga física y pérdida de energía. La sensación de cansancio llega a algunas veces a un nivel que es común despertarnos por la mañana teniendo la firme convicción de que no vamos a poder con nuestra jornada.
- Al comienzo es común sufrir súbitos despertares por la madrugada, pero más tarde podemos experimentar serias complicaciones para conciliar el sueño.
- Pérdidas de memoria. Según un artículo publicado en la revista The Journal of Forensic Psychiatry & Psychology, el cansancio psicológico suele generar una alteración cognitiva nombrada efecto de desinformación. Es ese donde confundimos datos, evocamos la información de manera equivocada, mezclando imágenes, personas, situaciones…
- En los síntomas físicos es normal experimentar palpitaciones, problemas digestivos, cefaleas, pérdida del hambre o un incremento excesivo del apetito…
- A nivel sentimental es muy característico el sentirnos muy sensibles, a la vez que apáticos, irritables y pesimistas.
- Asimismo, otra característica normal es la anhedonia; incapacidad de sentir placer, de gozar las cosas tanto como antes, ya no nos ilusionamos, la vida se convierte más gris y el mundo se queda suspendido en un horizonte distanciado donde solo oímos su rumor desde lo lejano…
“Cómo afrontar el agotamiento psicológico”
Argumentaba Eric Hoffer que el peor agotamiento llega por el trabajo no realizado. Es una gran verdad. En ocasiones el auténtico cansancio se conforma por todo aquello que deseamos hacer y no hacemos. Por todos esos objetivos cotidianos que nos proponemos y que nos sobrepasan, a los que no llegamos, los que quedan frustrados porque nuestro volumen de exigencia es muy elevado o las presiones del ambiente, desmesuradas.
Al final pasa, la gota colma el vaso y el vaso ya pesa en exceso. Es entonces cuando todo se nos va de las manos. Así, lo que deberíamos realizar en estos sucesos y antes de nada, es tomar conciencia de lo que nos está pasando. El cansancio psicológico está siempre ahí y debemos evadir que la “criatura” se haga mucho más grande, más oscura y opresiva. Reflexionemos por tanto en las continuas dimensiones, en esos pasos que deberíamos poner en práctica luego.
“Permisos que debes darte para escampar las nubes de la fatiga mental”
- Date permiso para reencontrarte. Puede parecer algo irónico, pero el cansancio psicológico tiende a aprisionarnos en las capas de las preocupaciones, las auto-exigencias, presiones, deberes y ansiedades hasta el punto de olvidarnos de nosotros mismos.
- Date permiso para priorizar. Este es sin duda un punto primordial. Recuerda qué es prioritario para ti, qué es lo que te identifica, lo que adoras, lo que hace feliz. Lo demás será estará segundo lugar y no merecerá semejante inversión sentimental y personal por tu parte.
- Date permiso para ser menos exigente. El día tiene 24 horas y la vida, lo que deseemos o no, tiene un tiempo limitado. Aprendamos a ser realistas, en aprovechar el tiempo sin ponernos presiones, listones altos o el deseo de que todo tiene que ser perfecto. A veces, basta con que todo sea igual que ayer, con su balance humilde y tranquilo.