Las relaciones tóxicas se dan cuando dos personas confunden el amor, con la comodidad, el compromiso y la obsesión. Va más allá de eso, pues una relación tóxica es un lugar, un momento de tensión y crisis existencial en el que dos personas se pierden una en la otra para intentar conseguir un motivo de felicidad, en un charco de drama y tragedia.
Lo peligroso de estas relaciones, es que comienza con un enamoramiento sincero, un amor verdadero y termina por transformarse en un estado obsesivo con el que nos sentimos cómodos. Es esta obsesión por el intentar conseguir que la otra persona sea lo que una vez fue, lo que nos mantiene aferrados a una relación que siempre va de mal en peor.
Más del 50% de las relaciones tóxicas, tienden a darse por una malinterpretación de lo que es el amor y al mismo tiempo, por una falta de dignidad que nos impide ver lo que realmente estamos perdiendo en dicha relación.
Gran parte de las personas que se aferran a estas relaciones, también sufren algún tipo de trastorno mental o mal hábito de la conducta, como lo son la celopatía, posesividad y trastornos obsesivos compulsivos de leves a moderados.
Causas de convivir en una relación tóxica.
Los psicólogos plantean que para que un alcohólico, o un adicto a las drogas comience a tomar consciencia del devastador efecto de sus vicios, deben ver con sus propios ojos, el efecto que esto puede causar en dichas personas. Por ello, suelen someterse a terapias donde de entrada muestran fotos de un antes y después de los vicios o para escuchar testimonios de las personas que ya han pasado por eso.
Del mismo modo funciona con las personas que viven en una relación tóxica. Hasta que alguien no les ilustra de manera cruda los efectos que ello tiene, difícilmente aceptarán irse de la misma.
Convivir en una relación tóxica tiene varios efectos psicológicos que podemos enumerar.
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Malformación de los conceptos emocionales.
Desde qué es el amor, hasta los motivos por lo que vale la pena enojarse, pueden ser modificados en una relación tóxica. El riesgo de esto es que no solo se da dentro de la relación, sino que también puede suceder en relaciones futuras.
Nuestro concepto del amor se empieza a relacionar con el sufrimiento, como si este fuera parte indispensable del amar a otra persona. Hay que tomar una gran fuerza de voluntad para entender que, por mucho que se ame a alguien, si este amor nos hace sufrir, debemos decir adiós.
2. Dependencia.
Cuando sales de una relación tóxica es muy probable que te vuelvas un dependiente emocional. Cuando una persona pasa por una circunstancia de traumas en su vida por mucho tiempo, su mente se adapta a ello y crea una especie de comodidad dentro del entorno dañino.
Es como la metáfora de la rana y la olla. Si pones una rana en aguar hirviendo, esta saltará de inmediato, pues no está acostumbrada a ello y detecta rápidamente que el calor puede matarle. Por otra parte, si ponemos una rana en una olla de agua fría, y la calentamos a fuego lento, ella se quedará ahí, incluso hasta morir. Es esto lo que sucede con las personas en las relaciones tóxicas.
Ellas crean una especie de dependencia emocional con las que se sienten cómodos, pero que en realidad les está matando de a poco. Esta dependencia hace que sea casi imposible aceptar una realidad en la que no está con su pareja por el temor a estar sola.
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Trastornos emocionales.
Los trastornos emocionales son productos de fuertes traumas en un momento determinado. Normalmente suelen ser los traumas de la infancia los que causan trastornos psicológicos graves, pero en la adultez, eventos como la pérdida de un ser querido o pasar por una relación tóxica donde incluso hubo maltrato psicológico y físico, puede también generar algún tipo de trastorno emocional.
La mayoría de las relaciones tóxicas involucran violencia de género, de ambas partes. Esto puede dejar secuelas emocionales graves que hacen que la persona sufra de episodios de ansiedad, depresión y otras crisis emocionales que puedes destruir la calidad de vida de la persona, incluso tiempo después de haber salido de la relación.