Todos los cuerpos son diferentes y representan hasta una forma de comunicación, ya que cada gesto demuestra algo diferente, un sentimiento de alegría o rechazo.
Por lo que para poder tocar un cuerpo es necesario sentir el alma ya que la misma representa toda la pureza y realidad de una persona, en el ase reflejan cada acto y situación que la hacer ser como es.
Por lo que antes de desnudar un cuerpo preocúpate por desnudar su alma y hacerla sentir feliz y segura mientras esta en tus brazo, para una mujer sus cuerpos son un templo sagrado significado de amor y cariño.
Mientras que para los hombres solo es una práctica más del día a día, por lo que tocar el cuerpo de una mujer debe ser especial, y sentir su alma en ese momento de intimidad aún más.
Además de todo esto podemos decir que tocar el cuerpo de una persona puede traer consigo muchas emociones y sentimientos que quizá no se logren explicar, pero antes de sentir todo esto debes aprender a leer el alma.
Amar con el alma
El cuerpo y el alma son un solo ser, en donde uno complementa al otro, debido a que el alma representa la materia espiritual del hombre y los cuerpos son solo la representación viva de esta materia espiritual.
Por lo que deben de ir de la mano, para poder amar con el alma, ya que el cuerpo se puede tocar al simple tacto, una caricia, un roce, mientras que el alma solo se siente con el verdadero amor.
Y es aquí donde pueden ser integrados los actos sexuales, en donde al entregar el cuerpo a una persona debe ser en cuerpo y alma, para que ambos logren tocar el cuerpo del otro, pero jamás dejar de sentir el alma.
Ya que esta representa la verdadera pureza del amor, en el alma se logran reflejar todos los sentimientos reales, cada caricia y cada beso quedaran marcados no solo en el cuerpo sino también en el alma.
Por ello debes recordar siempre antes de desnudar un cuerpo, céntrate en desnudar el alma de tu pareja, conócela tal cual es, y se capaz de sentir cada una de sus emociones y hacerlas tuyas.
Y luego al tocar el cuerpo logras sentir todo el verdadero amor que ambos han formado con el pasar del tiempo.