Te metes a la cama, le besas, la coges ¿Y luego qué?
Tomas una ducha porque aún tu piel huele a la de ella,
Y si fue en un hotel, pues cada quién que siga su camino ¿No?
Y si fue en tu casa o la de ella, pues solo toca cambiar las sábanas.
Pero, si de verdad quieres hacerle el amor,
Le preparas su comida favorita,
le obsequias un detalle,
le dices lo especial que es ella para ti.
Pero si aún no le quieres, entonces sigue cogiéndola, y solo eso.
Si no conoces sus peores temores,
Si no sabes de sus problemas más íntimos.
Si no sabes cuántas cucharadas de azúcar echar a su café.
Si no la besas despacio porque te importa que ella también se excite.
Si no conoces sus partes más sensibles.
Si no sabes si ella prefiere llevar el control y asumes que todo lo debes hacer tú.
Entonces aún no sabes hacerle el amor.
Si después de habértela cogido, se va en la madrugada o muy temprano,
Quizá tiene cosas más importantes que hacer en vez de perder el tiempo con alguien que no sabe hacerle el amor.
Quizá, necesitas cogértela mejor, porque solo estás tomando su cuerpo, pero no sabes cómo llegar a su alma.
Quizá necesita reír más a tu lado.
Quizá quiere contarte sus secretos y tu corta mente no lo comprende.
Quizá ella es demasiado para ti.
Y si eres hombre y te sentiste ofendido,
Déjame decirte una cosa. Hasta las mujeres que se autodenominan putas tienen a alguien que les hace el amor sin pagarles.
Si esa mujer que te cogiste no vuelve, te la cogiste mal.
No supiste entender que hacerle el amor a una dama, va más allá de llevártela a la cama.
Hacerle el amor a una dama,
es ofrecerle una posibilidad de seguir contigo el resto del día luego de coger por la noche.
Dar un café.
Un buen desayuno.
Una conversación amena y un día entretenido.
Para que cuando caiga la noche, vuelvas a cogértela, pero con amor.