Debes ser cuidadoso/a con los juicios que haces de ti puesto que son los más influyen en tu psiquis. Aunque los pensamientos que hagan los otros acerca de ti pueden afectarte en gran medida, la verdad es que no tienen el mismo poder en comparación a la percepción que tienes de ti mismo/a.
Tan sólo piensa por un instante, ¿Qué sucede cuando le das pie a valores positivas sobre ti en tu pensamiento? Te sientes feliz, alegre, positivo, etc., y todo esto tiene un efecto sobre tu desempeño mental y tu vitalidad física. En cambio, cuando le das entrada a los pensamientos negativos, pierdes concentración en lo que haces, tu mente se desempeña de forma menos eficiente y tu cuerpo empieza a fallar.
Nuestra autoestima es la mayor afectada cuando empezamos a referirnos a nosotros mismos de forma despectiva y, para contrarrestar todo esto, debemos iniciar por reconocer que las percepciones del ser humano son subjetivas. Es decir, la forma de entender y ver las cosas está condicionada al experimentador y no necesariamente se ajusta a algo verídico. Así, por ejemplo, si no te consideras atractivo/a, es porque tu fisionomía no corresponde a tu ideal de belleza, mas sí puede corresponder al de otra persona.
Ningún ser humano es absolutamente malo y malvado en nada. Por ser seres de luz creados por el cosmos, guardamos la magia de la creación y eso nos hace perfectibles en todos los aspectos. Así que detente un momento para reflexionar y piensa: ¿Hasta qué punto tu lenguaje puede distorsionar tu realidad? ¿Es posible cambiar mis emociones mediante el lenguaje?
Afortunadamente, es posible, pero debes evitar sobre todas las cosas los comentarios negativos y llenos de odio y desprecio hacia ti mismo. No importa lo que hayas hecho, es posible vivir y cometer errores sin someterse a un bombardeo de pensamientos que no hacen más que hundirte y no te ayudan a crecer.