No podemos estar dependiendo de una persona, porque cuando se va de nuestro lado sufrimos mucho siéndonos sentir abandonos y sin ningún propósito en la vida. Por ello es bueno, aprender a despegarse de lo que en algún momento nos dejará y preocuparnos tan sólo en nosotros mismos.
Distanciarse sin anestesia
El desapego es la clave para poder recuperar la codependencia. Fortaleciendo las relaciones sanas, aquello que queremos que crezcan y florezcan. Beneficiando nuestras relaciones difíciles, aprendiéndolo a manejar. El desapego nos ayuda a dejar ir a las personas que amamos, a las que nos cae bien, y aquellas que no nos interesan en particular.
El apego afectivo
Cuando una persona es codependiente es porque ha permitido que la conducta de una persona le afecte, y está obsesionado con controlar la conducta de aquella. Esto viene a ser cuando uno tiene baja autoestima, es ahí cuando uno se obsesiona, quiere controlarlo todo, porque tiene mucho miedo de perderlo. Esto no ayuda en nada a alejarse de lo que no le suma en la vida, al contrario, no importa lo que esa persona afecte en su vida, siempre querrá conservarla para no sentirse insegura y sola. Así esta persona le haga daño siempre querrá que se quede a su lado por miedo a no tener a nadie. Pero la manera para que esto no suceda es reflexionar con lo que uno quiere y lo que necesita. Y la única persona que necesita es uno mismo, sin estar esperando de los demás. Deben entender que el despego es la oportunidad que puede ser la clave de la felicidad.
El despego es lo contrario de dependencia. Es bueno establecer límites para sí mismo y para los demás, de manera que las relaciones con esas personas amados no se vuelvan una cárcel. Al practicar el desapego, la persona renuncia a ser víctima y deja atrás la necesidad de juzgar y querer controlar todo lo que le rodea, demostrando un amor más grande y complejo. Al estar dispuesta a controlar los impulsos negativos y destructivos, expresando la persona con más claridad amor y compromiso.