Cuando me hables de su corazón roto, de sus sueños inalcanzables, de cuántas veces ha llorado porque le han mentido…. O incluso, cuando me hables de cómo sus ojos se llenan de luz al verte, sabré que la viste desnuda.
No me hables de cómo se veían sus senos. Tampoco me hables de la textura de su piel o de los hoyos de su espalda baja. No me hables de sus perfectos y tersos glúteos. No me describas lo sensual de sus lunares o de lo carnoso de sus labios. No me comentes sobre su piel, huesos y estrías… Eso es solo cuerpo, eso no es desnudez.
Si quiere que una mujer se desnude frente a ti, entonces logra que abra su corazón para que te devele sus más temidos secretos.
Si quieres que ella se muestre despojada de sus artificios, entonces haz que se humedezca sin tan siquiera tocarla.
Si quieres que se presente ante ti, falto de toda tela, entonces has que sus “te amo”, sean sinceros.
Si quieres que se manifieste desabrigada, entonces hazle el amor a su mente, luego a su corazón, y por último a su cuerpo.
Cualquiera puede pedirle unas horas de sexo. Cualquiera puede quitarle la ropa y llevarle a la cama si ella lo desea. Pero no cualquiera, puede desnudarla de su piel, al punto, de que sienta que le hagan el amor sin que le pongan un dedo encima.