Los seres humanos podemos vivir sin una pareja. Eso descarta completamente a las relaciones amorosa como una de las cosas más importantes para vivir, sin embargo, de las tres que si lo son, puede surgir alguien especial que te acompañará el resto de tu vida.
La humildad:
La humildad es la cualidad humana de admitir tus propios defectos y reconocer las virtudes del otro. Muchas veces se confunde con el “ser caritativo” o incluso, ser pobre. La humildad hace grande a los hombres en la medida que, si no se reconocen los defectos propios, nunca podremos mejorar, y si no reconocemos las virtudes ajenas, nunca podremos aspirar a superar a alguien más. Es ese sentido de competencia lo que mueve al hombre hacia adelante.
La sinceridad:
El ser sincero es, ante todo, justo. La sinceridad es una de las cualidades más extintas del hombre, de hecho, se ha demostrado que el ser humano miente un promedio de 5 veces al día. Mentiras pequeñas o grandes, cualquiera de ellas puede hacer daño a las personas que te rodean. Miente solo cuando sabes que, más adelante, la verdad detrás de tu mentira hará sentir agradecido a la persona que le mentiste.
Amistad:
La amistad engloba también a la familia y, como se mencionó en un inicio, posibilita el conocer a alguien para una relación amorosa. La amistad no se refiere a conocer gente sin o con lazos sanguíneos que estén para las buenas y las malas, sino de conocer a alguien que lo esté, independientemente si sea o no familia. Tener personas que te respaldan y apoyan, no solo sirve para compartir tus éxitos. La amistad es el mejor reflejo de tus propios defectos pues, ellos, con sinceridad y humildad, te dirán qué estás haciendo mal aunque te duela escucharlo, y te lo dirán con el único fin de que mejores tu vida.
