La inteligencia no siempre es sinónimo de buenas decisiones o de felicidad. La verdadera inteligencia es aquella capacidad de las personas de entender y razonar. También podemos decir que la interpretación profunda de la realidad, es un reflejo de dicho concepto. A pesar de todo ello, la felicidad no parece estar muy ligada con el uso de la razón, ya que muchas grandes mentes, como Mozart, Allan Poe, Hemingway y otros, sufrieron de depresión. Pero ¿A qué se debe la relación entre inteligencia e infelicidad?
La realidad es cruel la mayoría del tiempo. Todo lo que nos rodea parece estar contaminándose de malos valores, cosas que hacen daño y cualquier elemento que genera desasosiego. La inteligencia, se puede ver como un modo de ser sensibles ante dicha realidad, y usamos la palabra sensibilidad porque es esta, la que nos hace percibir con agudeza lo bueno y lo malo en todo lo que vemos, escuchamos o sentimos, de ahí, nace la relación entre la depresión y la inteligencia.
“La inteligencia busca, pero quien encuentra es el corazón”.
George Sand.
De cierto modo, George explicó esta relación con una sola frase. Si bien un elevado coeficiente intelectual, puede ayudarnos a encontrar respuestas de manera más profunda, la negatividad y todo lo malo detrás de lo que hayamos conseguido, se sienten en el “corazón”. Bueno, metafóricamente hablando.
Es la elevada preocupación y tristeza, una reacción directa de lo negativo de las cosas que comprendemos. A mayor agudeza mental, más entendimiento de lo malo, y a mayor entendimiento de lo malo, más dolor en la conciencia.
Nancy Andreasen, una neuróloga que realizó un estudio sobre este tema, demuestra en su libro “El cerebro creativo”, cómo las personas más inteligentes son más propensas a sufrir de enfermedades mentales, como depresión, bipolaridad, crisis emocionales, entre otros.
Esto no es una teoría actual, de hecho, Aristóteles ya hablaba en sus escritos de filosofía, sobre la depresión y la inteligencia como su primera causante.
La relación depresión-inteligencia es sencilla: Si tenemos inteligencia para comprender de manera aguda lo que nos rodea; tanto lo bueno, como lo malo, entrarán a un nivel más profundo y la conciencia se verá más afectada por ello. De tal modo, las personas inteligentes son más sensibles y emocionales, y deberán vivir rodeadas de un buen ambiente familiar y social para que la depresión no haga estragos en ellos.
Fuente: La mente es maravillosa