¿Quién dijo que la valentía y la fortaleza se encuentran solo en los deportes extremos o arriesgando la vida para combatir crímenes?
Aunque puedan perderse de vista, los actos valientes también están en lo más pequeño y simple del día a día. En esos momentos en que tenemos que contener las lágrimas, respirar profundo, ignorar lo que nuestra cabeza nos dice y pretender que todo está bien para seguir adelante, una tarea en la que para bien o para mal, las mujeres somos muy buenas.
Así es como hemos logrado llegar tan lejos y aprendimos a vencer nuestros miedos.
Para ser cada vez más valientes y fuertes, necesitamos alimentarnos con todos estos hábitos…
Calmar nuestra mente
Además de ser muy buenas tranquilizando a otros, a la hora de necesitar ese “proceso tranquilizador” no hay nadie mejor que nosotras mismas para hacerlo. Muchos aspectos de la vida nos inquietan y provocan ansiedad pero una y otra vez respiramos profundo y trabajamos en nuestra paciencia.
Afrontar al miedo
No se trata de superar los temores, sino de animarse a seguir adelante en su compañía. Aunque no lo parezca, el miedo en la mayoría de los casos es una buena señal, significa que estás arriesgándote y que has logrado salir de la tan afamada “zona de confort”.
Todas las mujeres sabemos el coraje que requiere eso, pero al menos estaremos tranquilas de que lo intentamos.
Afrontar y desafiar a la realidad
En lugar de pensar que algo es imposible y no preguntarse más sobre ello, las mujeres valientes se cuestionan: ¿qué es lo peor que podría pasar? En lugar de dramatizar una situación, perciben su realidad con claridad e intentan ver cuál sería el posible peor escenario luego de hacer eso que tanto desean.
Ir más allá del confort
Todas trabajamos por alcanzar cierta estabilidad en nuestras vidas, pero una vez que estamos allí nos damos cuenta de que puede volverse monótono. Por eso, nos gusta aceptar nuevos retos, probar nuevas experiencias y salir de la rutina cuanto más podamos.
Ser la oveja negra
Las mujeres audaces no tienen ningún inconveniente en ser llamadas la “oveja negra”; de hecho, es algo que les gusta porque las hace sentir diferentes y poderosas.
Pues solo las “ovejas negras” se lo preguntan y se niegan a aceptar que otro decida su realidad por ellas. Van en busca de lo que saben que sí las llenará de satisfacción, sin importar lo que otros opinen al respecto.
Dar lo mejor de sí (siempre)
Tal vez su casa no es la pura definición de orden y limpieza y su cama no está tendida. Pero en lugar de obedecer a los estándares de perfección, aceptan que son humanas y se aseguran de esforzarse en otros aspectos más importantes de su vida.
Hay muchas otras maneras en que las mujeres más valientes y seguras trabajan todos los días para fortalecerse y lograr sus objetivos. En los días que corren todavía nos cuesta ser reconocidas por igual, es por eso que ahora más que nunca tenemos que animarnos a demostrar que somos un género fuerte, poderoso y valiente.
¡No permitamos que nada ni nadie nos detenga jamás!
Fuente: VIX