No solo existe el dolor físico, sino también el emocional. El cual sirve como una guía para no lastimar a otros ni a uno mismo. Pero, ¿Qué sucede cuando no sentimos dolor moral? La psicopatía.
La psicopatía es una enfermedad o trastorno mental, en especial el que se caracteriza por una alteración del carácter o de la conducta social y no comporta ninguna anormalidad intelectual.
Kevin Dutton en su libro La sabiduría de los psicópatas, dice: “La psicopatía es un trastorno de la personalidad que se caracteriza por generar emociones poco profundas, tener poca tolerancia al estrés, falta de empatía, carecer del sentimiento de culpa, ser egocéntricos, tener carácter superficial, ser manipuladores, algo irresponsables, impulsivos y antisociales”.
Kevin comenta que estas son algunas de las profesiones más comunes entre los psicópatas, la cuales tiene un motivo en si: “Son objetos de atención y los hacen capaces de tomar decisiones donde pueden ejercer cierto grado de crueldad sin que se vean enfrentados a ningún tipo de consecuencia”.
“Profesiones mas comunes que escogen las personas psicópatas”
- 10 carreras con mayor cantidad de psicópatas:
Gerente o CEO de una compañía.
Abogado.
Personalidad de la televisión o de la radio.
Vendedores.
Cirujano.
Periodista.
Policía.
Clérigo.
Cocinero.
Funcionario público.
- 10 carreras menos preferidas:
- Cuidador
- Enfermero
- Psicólogo
- Artesano
- Estilista o esteticista
- Persona que trabaja en caridad
- Maestro o profesor
- Artista
- Médico
- Contador
En estas últimas carreras se precisa un alto grado de preocupación hacia otros sujetos; son carreras donde se necesita tener empatía y comprensión por las circunstancias de las otras personas. En todas ellas se precisa de sensibilidad.
Claro no todos los que estudian estas profesiones o se dedican tienen un problema de psicopatía. Sin embargo, es claro que estas se manifiesta a la falta de sentimientos y pensamientos empáticos.
Las personas que padecen de esta enfermedad tienen un gran potencial intelectual, gracias al cual saben camuflarse de manera impresionante y no levantar ninguna sospecha de sus intenciones.