De por sí, a nosotros nos sorprende ver uno que otro truco de magia. Así que, no hay mucha diferencia en el sentido del asombro entre los primates y nosotros, sus ascendientes en la cadena evolutiva.
Pero, por hermosa que parezcan estas escenas, no deja de resultarnos un poco incómodo, pues, sin importar la condición, un primate en estado de cautiverio, carece de libertad y su personalidad y carácter puede verse afectada.
Así pues, un truco de magia puede ser una forma de liberar al primate de esa celda por un breve instante, mostrándole algo que haga volar su imaginación.
Pensemos en otra cosa ahora:
Al ver esta reacción, no pude evitar pensar en esa época donde los trucos eran considerados herejía y alguna ciencia era tomada como magia.
El asombro humano nos lleva a exagerar ciertas cosas y dejar el entendimiento de lado para dar pazo al sentimentalismo, la más pura sensación de emoción.
Ahora bien, quizá no fuimos primates para cuando el hombre hacía “magia”, pero algo dentro de nosotros seguía conectado a ese eslabón inicial que algunos prefieren ignorar.
Dentro de nosotros, seguimos siendo primates con capacidad de asombro, solo que, con inteligencia y racionalidad, las cuales nos pone en la cúspide de la pirámide como especie.
Ojalá, algún día, usáramos tal inteligencia para permitir que las otras especias coexistan entre nosotros en paz, sin atentar contra su libertad ni vida.