La felicidad es un elemento abstracto, pero, aún con su naturaleza complicada de entender, se puede explicar.
Esta funciona como la sombra de una roca. La roca en sí mismo, son los actos que cometemos para alcanzar un nivel de plenitud en nuestra vida que nos permita estar en paz con nosotros, tranquilos y disfrutando del éxito de alcanzar nuestras metas.
Pero, cuando queremos alcanzar toda esta plenitud, debemos tomar decisiones. Y hacerlo, implica despertar el opinar de la gente. Es acá donde debemos tener en cuenta la pregunta del tema.
¿QUÉ VAN A DECIR DE MÍ?
Esta es la pregunta que muchas personas se hacen antes de tomar una decisión. Nos preocupamos en extremos de la opinión ajena y esto puede interferir en las decisiones que tomamos al momento de buscar nuestra felicidad.
Pero, ¿Cuándo hacerle caso a la pregunta?
Efectivamente, no siempre podemos ignorarla, porque si nuestras decisiones tienen un efecto directo sobre las personas que pueden opinar acerca de lo que hagamos, entonces debemos pensar en ello.
Mientras nuestras decisiones sean tan personales que solo afecte a nuestra propia vida, adelante, hazlo.
Nada ni nadie tiene la potestad o el deber de opinar sobre tu vida mientras tus decisiones no afecten a la suya.