Hay individuos que se caracterizan por su mayor capacidad de resiliencia. Precisamente son aquellas que tienen como arma su capacidad de continuar a flote ante las complicaciones y como principal sostén la visión de la dificultad como aprendizaje.
Ellas conocen que la inmunidad al sufrimiento es algo imposible y entienden que las tormentas que hacen a nuestros días oscuros también son oportunidades para sobreponerse.
“Ser resiliente en el día a día”
La resiliencia es un término que ha adquirido gran relevancia en los últimos años. Sobre todo desde aquellas perspectivas, como la psicología positiva, que están más enfocadas en investigar cuáles son los rasgo que les permiten a las personas superar una adversidad, dejando en un segundo lugar la comprensión de aquellos factores que incrementa la posibilidad de un trastorno mental.
Cuando hablamos de resiliencia solemos pensar en sucesos traumáticos, como la pérdida de un ser amado, sobrevivir a un accidente o a situaciones de maltrato… Pero cada día también se dan situaciones rudas que tenemos que enfrentar.
“Características de las personas resilientes”
La resiliencia es una habilidad que cualquier persona puede desarrollar y por ende, practicar. Para ello, es necesario gestionar adecuadamente nuestros pensamientos y emociones. Estas son algunas de las primordiales características de las personas resilientes para que puedas iniciar a entrenarlas.
- Saben adaptarse a los cambios:
Las personas resilientes tienen la capacidad de ser flexibles cuando el aire azota con fuerza. Saben muy bien que ir en contra de las circunstancias les hará perder energía y escogen por tener una mente abierta ante las distintas opiniones y circunstancias.
- Se apoyan en sus fortalezas:
Las personas resilientes se conocen. Saben qué es aquello que les realiza daño y les molesta y entienden que el soporte importante de su bienestar depende de cuidarse a sí mismas. Las personas resilientes saben ver sus debilidades como también sus fortalezas para ponerlas en proceso cuando sea necesario. Usan sus ganas de batallar, su motivación, su esfuerzo y sus habilidades como los cimientos para continuar adelante.
- Saben que aceptar es necesario para avanzar:
Las personas resilientes saben que la aceptación es la aliada perfecta para el avance y la transformación. Porque solo cuando aceptamos lo que nos sucede podremos empezar a trabajar para mejorarlo.
- Consideran que nadie es inmune al sufrimiento:
Ser resiliente no quiere decir que un ser no tiene heridas, sino que a pesar de ellas la situación adversa le ha sido de gran instructivo de alguna forma. Ha sido capaz de aceptar el dolor y en vez de sumergirse en él, ha optado por aprender.
La resiliencia es aquella capacidad que nos deja ser fuertes a pesar de que el viento azote con mucha fuerza, adaptándonos lo mejor posibles a los baches que conforman las pérdidas, las decepciones, los traumas y los fracasos.